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Viernes 22 de octubre de 2010  
Homenaje póstumo a ex Canciller René Rojas Galdames
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El Ministerio de Relaciones Exteriores ofreció este vienes un homenaje póstumo al titular de esta cartera, entre 1980 y 1983, René Rojas Galdames.

 

Además, la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica), representada por su presidente, Raúl Sanhueza -quien además lidera la Dirección para la Comunidad de Chilenos en el Exterior (Dicoex) de la Cancillería- , entregó a su viuda, Margarita Callejas, la medalla de honor póstuma.

 

La ceremonia estuvo encabezada por el Ministro (S) de Relaciones Exteriores, Fernando Schmidt, quien pronunció el siguiente discurso:

 



Discurso en homenaje al ex Canciller René Rojas Galdames

 

 

En un acto que me honro en presidir, nos reunimos para recordar al ex ministro de Relaciones Exteriores, embajador René Rojas Galdames, destacado y querido diplomático, que nos abandonó un día como hoy, hace ya 22 años.

 

"Institutano" y abogado de la Universidad de Chile, su carrera en el servicio público la inició como Fiscal General y Secretario de la Presidencia de la República.

 

Ingresó al servicio diplomático en 1946 y obtuvo el título de Master of Public Administration en la Woodrow Wilson School de la Universidad de Princeton en 1950.

 

Su primer puesto en el exterior fue como Tercer Secretario en la Embajada de Chile en Argentina (1951), en la que, azares del destino, servía como Embajador don Germán Vergara Donoso, el otro diplomático de carrera que fue Canciller de la República.

 

Luego, como es característico en nuestro peregrinar al servicio del país, don René partió a Turquía (1953), Colombia (1954), Reino Unido (1956-1961) e Italia (1962-1967).

 

En 1967 regresó a Chile y fue nombrado Director de Protocolo. Ascendido al rango de embajador, le correspondió servir en la Santa Sede (1970-1973) y en Argentina (1973-1978), en circunstancias complejas, dada la situación que vivía Chile, ya sea en el plano interno, en el primer de esos destinos, como en el ámbito externo, en el caso argentino. En ambas responsabilidades demostró gran asertividad y una dedicación ejemplar para enfrentar los desafíos inherentes a tan sensibles cargos. Posteriormente, fue testigo privilegiado del proceso político español, como embajador de nuestro país en Madrid, durante la administración de Adolfo Suárez.

 

En 1980 es nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, cargo que desempeñó hasta febrero de 1983, constituyendo un caso excepcional de un funcionario de carrera del Servicio Exterior que llega a la máxima autoridad del Ministerio.

 

De la labor como Canciller se podrían enumerar múltiples iniciativas. Sin embargo, un aspecto prioritario de atención lo constituyó la relación con la República Argentina, donde don René no sólo mostró la sabiduría y la habilidad que le otorgaba su experiencia como miembro de la ‘casa' sino que puso en práctica sus profundas convicciones integracionistas latinoamericanas.

 

Junto a sus actividades profesionales, resaltaba su condición de hombre de familia. Con la señora Margarita, quien nos honra con su presencia, formó un gran hogar con 8 hijos, cuyo apoyo, como él mismo lo decía, fue fundamental para su carrera.

 

Pero la figura de don René no se agota allí. El era, sobre todas las cosas, un ser de grandes cualidades humanas: buen amigo, colega ingenioso y con excelente sentido del humor, subordinado siempre fiel y abnegado, así como un jefe natural que buscaba rodearse de gente más joven para escuchar sus inquietudes y para traspasarles una experiencia, más de vida que de conocimientos; en fin, un hombre de familia que entendía la diplomacia como un oficio casi anónimo para representar a los demás, a la nación, en el extranjero, y no como un reconocimiento público a la actividad profesional o política de una determinada persona.

 

Como diplomáticos, uno de nuestros principales activos es la memoria y el ejemplo de quienes nos han precedido en esta hermosa labor de defender los intereses permanentes de Chile.

 

Es, precisamente, en ese templo de la memoria que la figura de don René Rojas Galdames, ocupa un lugar de excepción y, es por eso, que hoy la Asociación de Diplomáticos de Carrera, un gremio que don René presintió, ha estimado conveniente entregarle a su viuda, a título póstumo, su Medalla de Honor.

 

Como Subsecretario felicito esta iniciativa, como asociado la agradezco y como funcionario, que tuvo el honor de servir y conocer a don René, me alegro de asistir a este significativo acto.

 

Muchas gracias