11 formas de ver cómo el Cambio Climático amenaza el Ártico

Los últimos datos son decepcionantes: estas visualizaciones muestran lo peligrosa que es la situación del deshielo en el océano Ártico.

Actualizado a

Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

Foto: NASA Scientic Visualization Studio

1 / 11

Extensión del Ártico entre 1979 / 2014

Este gráfico de la NASA se basa en un concepto conocido como "pequeños múltiples", popularizado por el pionero de visualización de datos Edward Tufte. Se trata de una forma de mostrar un conjunto de datos particularmente apta para mostrar la alternancia temporal de una variable a estudiar,  lo que lo convierte en un formato eficaz para visualizar los efectos del cambio climático.

 

El gráfico muestra la extensión mensual del hielo marino del Ártico entre 1979 y la primera mitad de 2014.  Mirando de arriba a abajo, cada fila muestra el hielo durante un año dado. Y a medida que los ojos se mueven hacia la derecha, se puede observar la cantidad de hielo lentamente declinar. La tendencia es particularmente visible durante el mes de septiembre, cuando la extensión del hielo marino está en su punto más bajo del año.

Foto: NASA Earth Observatory

2 / 11

Fluctuación del hielo marino 1979 / 2016

La extensión del hielo marino en el Ártico fluctúa a lo largo del año, como refleja en la curva de la gráfica animada. Sin embargo, la sucesión de curvas que devienen un año tras otro muestra como la tendencia general del hielo sigue una orientación negativa. 

Foto: National Geographic Maps

3 / 11

4 mapas del Ártico

Cuatro mapas de los Atlas de National Geographic muestran la variación del hielo ártico entre 1999 y 2014. 

El año pasado, citando pruebas de que los Estados Unidos ya están sintiendo los efectos del cambio climático, el expresidente Obama declaró públicamente: "la reducción de los casquetes de hielo polar han forzado a National Geographic a realizar el mayor cambio en sus atlas desde la disolución de la Unión Soviética".

 

 

Foto: Ed Hawkins 7 University of Reading

4 / 11

Disminución del volumen de hielo 1979 / 2016

Este gráfico basado en un modelo climático llamado PIOMAS -Pan-Arctic Ice Ocean Modeling and Assimilation System- muestra la disminución del volumen diario de hielo marino ártico entre 1979 hasta la actualidad. La tendencia en espiral muestra una evidente disminución del hielo a lo largo de los años, aunque también puede interpretarse en ella un mal presagio: sin remedio nos vemos arrastrados en una espiral que no sabemos a ciencia cierta donde puede desembocar. 

Foto: Nasa

5 / 11

Volumen / Área de hielo 1979 / 2013

El hielo más antiguo también es el más grueso. Este gráfico muestra cómo el espesor medio del hielo marino del Ártico ha disminuido a consecuencia de la fusión del hielo más antiguo.  Periódicamente, cada invierno se forma en el Ártico una nueva capa de hielo. Esta suele crecer en espesor entre un rango anual de 1 a 2 metros, aunque gran parte del mismo vuelve a fundirse en verano.  El hielo más antiguo, de varios años de edad, y que generalmente cuenta con un grosor de 3 a 4 metros, actúa como baluarte de resistencia al calor del verano.

Esta visualización muestra cómo área y volumen de hielo han disminuido dramáticamente entre 1979 y 2013. Esta disminución incrementa la vulnerabilidad del hielo restante al aumento de las temperaturas y al cambio en los patrones en la circulación atmosférica global.

Foto: NOAA

6 / 11

Temperaturas medias 1981 / 2010

En rojo se indica donde la temperatura promedio entre  los meses de octubre de 2010 y septiembre de 2011 han sido superiores a las temperaturas del periodo 1981-2010.

Foto: NASA Scientific Visualization Studio

7 / 11

Indices de radiación solar (2000-2014)

La capacidad de una superficie para reflejar la luz se conoce como efecto albedo. Así, la radiación solar y la formación de hielo se encuentran íntimamente relacionadas por la acción del albedo. De este modo, el hielo, blanco, y más reflectante que otras superficies, tiene una mayor capacidad para reflejar la radiación solar, evitando el calentamiento local. Por el contrario, superficies más oscuras absorberán el calor con mayor eficacia, motivando un aumento de temperatura. 

En la imagen se muestra en rojo el aumento en la absorción de radiación solar entre 2000 y 2014. Las áreas más oscuras corresponden a lugares donde el hielo marino ha disminuido exponiendo el agua oceánica. Entre 2000 y 2014 este proceso ha elevado la tasa de absorción de la radiación solar en el Ártico en un 5%. 

Foto: NOAA

8 / 11

Disminución del volumen de hielo 1990 / 2016

Esta imagen nos muestra una comparativa a vista de satélite entre la cantidad de hielo presente en el océano Ártico durante el mes de septiembre de los años 1990 y 2016. La diferencia es evidente. 

Foto: NOAA

9 / 11

Desarrollo de la vegetación

Temperaturas más cálidas significan temporadas de cultivo más largas y productivas en el Ártico. Usando las mediciones satelitales de la luz visible y el infrarrojo cercano que es reflejada por la superficie terrestre, los científicos pueden cuantificar y mapear la cantidad de vegetación presente en un lugar. Este mapa muestra la variación en la vegetación más septentrional del planeta (durante la temporada de crecimiento máximo) entre 1982 y 2012.

A lo largo del Ártico, prácticamente toda la tundra se ha vuelto más verde a medida que los arbustos más altos y los árboles se han extendido. Esto se debe a una serie de factores entre los que se incluyen el aumento de temperatura, la reducción de la cubierta de nieve y algunos cambios en los patrones de circulación atmosférica. Así, los científicos estiman que la temporada de crecimiento ha aumentado alrededor de nueve días por década desde 1982.

Aún no está claro cómo el aumento de la vegetación de la tundra afectará el permafrost a largo plazo. A priori más vegetación debería tener connotaciones positivas. Sin embargo el permafrost podría desempeñar un papel importante en el futuro calentamiento: a medida que este se funde libera metano, un poderoso gas de efecto invernadero que podría acelerar aún más el calentamiento.

Foto: NOAA

10 / 11

Población de osos polares

Los animales grandes y carismáticos que se encuentran en la parte superior de la cadena alimentaria de un ecosistema amenazado a menudo representan la difícil situación de todos los animales que se encuentran en niveles tróficos inferiores.  En el Ártico, este papel es indudablemente jugado por los osos polares. Existen 19 subpoblaciones reconocidas de osos polares en el Ártico. Estas distintas poblaciones ocupan diferentes nichos ecológicos, por lo que algunas se verán afectadas por el cambio climático antes que otras. 

Por varias razones, la historia climática del oso polar es complicada, sin embargo este mapa muestra la situación de las poblaciones actuales.  En él se puede apreciar como cuatro de las subpoblaciones están disminuyendo, cinco son relativamente estables y sólo uno está creciendo. Para casi la mitad de las subpoblaciones, no hay suficientes datos para saber lo que está pasando.

Foto: Amelia et al./ Geophysical research Letters

11 / 11

Apertura de nuevas rutas marítmas

A medida que disminuya el hielo marino, se abrirán nuevas rutas marítimas en el Ártico. El cuadro muestra las posibilidades futuras. Las estimaciones para un escenario de emisiones de gases de efecto invernadero bajas se muestran a la izquierda. A la derecha encontraríamos un escenario de altas emisiones. 

Mientras que la temperatura promedio del planeta está subiendo poco a poco, el Ártico se está calentando a mucha más velocidad. Entre dos o tres veces más rápido. Investigaciones recientes sugieren que, durante el último siglo, la temperatura media del verano en la región ha sido la más alta de los últimos 44.000 años.

El calentamiento global y sus efectos en el ártico no son un engaño, tal y como han demostrado cientos de investigaciones de todo el mundo

Los datos obtenidos durante las últimas décadas no dejan ninguna duda, sin embargo un modo más visual de presentar estas mediciones, en forma de mapas y gráficos, puede marcar la diferencia en la percepción general del problema al que nos enfrentamos; el calentamiento global y sus efectos en el ártico no son un engaño como quieren afirmar los que falazmente se hacer llamar escépticos del clima.

Hoy los científicos están obteniendo por diversos métodos una imagen ampliamente mejorada de lo que está ocurriendo en el Ártico. Estos pueden ponderar la extensión, el espesor y el volumen del hielo marino mediante satélites, boyas oceánicas y submarinos. Y las mediciones muestran que el Ártico sigue batiendo récords tanto en el aumento de las temperaturas como en la disminución de la capa de hielo.

Mínimos históricos del hielo

Así, la extensión de hielo marino alcanzó un mínimo histórico en 2012, tan solo 2,04 millones de kilómetros cuadrados. Además durante el pasado invierno -en invierno es cuando se produce la mayor acumulación de hielo, proceso conocido como el máximo de invierno- la banquisa de hielo tampoco superó el mínimo histórico, manteniéndose unos 997,000 kilómetros cuadrados por debajo de la media.

Números como estos reflejan la acción del cambio climático y son preocupantes por sí mismos. Pero traducirlos en mapas y gráficos puede dar lugar a descripciones sorprendentes de la situación. Estas son algunas de imágenes que representan de forma más reveladora como está cambiando el Ártico durante los últimos años.