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Huelga portuaria de Valparaíso

El 15 de abril de 1903, luego de que la gerencia de la Compañía Inglesa de Vapores de Valparaíso se negó a acceder a las peticiones de sus trabajadores, quienes solicitaron la reducción de sus horas de trabajo y el aumento de sus sueldos, los estibadores de la compañía se declararon en huelga. En los días siguientes, otros gremios de trabajadores portuarios y marítimos se unieron a la huelga para presentar sus demandas, entre los que se encontraban los lancheros, los estibadores de la Compañía Sudamericana de Vapores y los jornaleros de la Aduana. Sin embargo, las compañías rechazaron el arbitraje como solución al conflicto y contrataron nuevos trabajadores para reemplazar a los huelguistas.

El movimiento se prolongó por varias semanas, y fue creciendo hasta que el 12 de mayo de 1903 miles de personas se concentraron en la zona portuaria de Valparaíso y estalló una huelga masiva, que paralizó completamente las actividades del puerto. A los trabajadores, se sumaron "los más pobres de los cerros, los desempleados, el peonaje urbano" (Mario Garcés. Crisis social y motines populares en el 1900. Santiago: LOM, 2003, p. 107).

La represión policial fue aumentando a lo largo de la jornada y una de sus primeras víctimas fue un trabajador asesinado en la Plaza Echaurren, a quien se le sumaron cientos de trabajadores asesinados o heridos. Luego de ello, los huelguistas quemaron el edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores, saquearon y quemaron la mercadería del malecón, asaltaron numerosas tiendas y atacaron el edificio de El Mercurio de Valparaíso, periódico que había mostrado una postura crítica ante el movimiento de los trabajadores.

El ataque al Mercurio resultó con siete trabajadores muertos y ese mismo año Juan Luis Pérez fundó un periódico titulado El Matasiete, nombre con el que algunas personas comenzaron a referirse al Mercurio luego de la huelga (cf. Ernesto Guajardo. "La huelga de 1903 en Valparaíso. La «cuestión social» y la prensa porteña: políticas y estrategias". En: Baldomero Estrada (comp. y ed.). Valparaíso: progresos y conflictos de una ciudad puerto 1830-1950. Santiago: RIL Editores, 2012). A El Matasiete, que el 12 de mayo de 1904 publicó un número en homenaje a las víctimas de la huelga, se le sumaron otras publicaciones de obreros que denunciaron la violencia que sufrieron los trabajadores. Una de ellos fue El Vaporino, cuyo único número fue publicado en Valparaíso el 28 de junio de 1903 "en defensa y amparo del derecho de los trabajadores". Además, los escritores Daniel Meneses (1855-1909) y Antonio Borquez Solar (1874-1938) publicaron poemas en defensa de los trabajadores que participaron en la huelga.

También hubo medios de prensa que se centraron en las destrucciones que resultaron de la huelga y se manifestaron en contra de sus participantes. El día 16 de mayo de 1903 la revista Sucesos relató lo ocurrido en la huelga y publicó fotografías de las víctimas y destrozos en la ciudad. El Mercurio de Valparaíso y el de Santiago también comentaron la huelga en varios de sus números, criticando a los huelguistas por alterar el orden público. Estos periódicos también responsabilizaron de los sucesos a las compañías de vapores por negarse al arbitraje, y denunciaron la incapacidad de las autoridades locales de mantener el orden público.

En las semanas siguientes a la huelga, representantes de las compañías y de los trabajadores acordaron resolver el conflicto mediante el arbitraje. Como resultado de este, los trabajadores obtuvieron un aumento en sus salarios y los estibadores lograron reducir sus horas de trabajo. Sin embargo, las consecuencias de la huelga trascendieron a este conflicto particular, pues motivó la investigación y discusión sobre la cuestión social en el país, tanto en la prensa como en el parlamento. La huelga también ha sido destacada por su magnitud y por ser la primera movilización de trabajadores que resultó con un número significativo de ellos asesinados (cf. Ernesto Guajardo. "La huelga…").