Buscando huesos de animales prehistóricos, Roberto Gajardo se encontró con los restos del gigantesco reptil marino en la playaLa Cata, en la Octava Región del Bío Bío, en el centro del país.
Enseguida, Gajardo informó al director del Taller Paleotroques, el biólogo Marcelo Leppe, quien confirmó que se trata de la cola y aletas posteriores de un plesiosauro, que debióhaber medido entre seis y ocho metros.