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Desde Chile: la falta de transparencia del Gobierno impide vigilar la pandemia

Los reportes oficiales del Gobierno chileno no incluyen datos consistentes en áreas críticas para comprender la estrategia del país frente a la pandemia de COVID-19. No se especifica la cantidad de exámenes diarios, ni se da la información de localización de casos de contagio que necesita la comunidad científica para hacer proyecciones que permitan tomar decisiones. La falta de transparencia impide medir el impacto que tendrá la enfermedad que llegó a un país con un sistema de salud saturado y un estallido social en las calles.

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El ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, visita la Estadía de Adultos Mayores (ELEAM) en la comuna de Puente Alto.
Foto: David Lillo (Minsal Chile)

¿Qué pasa si el virus muta y se pone -perdón que use la palabra- buena persona?”, se preguntó el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, durante una entrevista televisiva cuando se le pidió explicar la indecisión del presidente Sebastián Piñera para decretar la cuarentena obligatoria en todo el país y frenar así el avance del coronavirus. Era el viernes 20 de marzo y sus palabras solo generaron confusión y desconfianza sobre si la principal autoridad sanitaria manejaba información fiable para enfrentar la pandemia que tiene al mundo paralizado.

Cuatro días antes, el lunes 16 de marzo, el Gobierno había anunciado que Chile entraba en Fase 4 en la expansión del virus que causa COVID-19, porque ya no era posible identificar las cadenas de transmisión o cómo se habían contagiado las personas: la dispersión era comunitaria. Los chilenos ya vivían en Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe desde el sábado, pero la falta de información clara despertaba preocupación en distintos sectores políticos y sociales sobre la situación real del país. ¿Eran suficientes las medidas que se tomaban?

Cuando se deberían haber dado explicaciones detalladas, el reporte del Ministerio de Salud (Minsal) sobre la situación epidemiológica de Chile fue un resumen ejecutivo de una página donde se anunciaba que había 434 casos confirmados en 15 regiones de Chile. Según esos datos, 304 estaban en la Región Metropolitana.

Alarmados por el número de contagios, que mostraba coincidencias en la evolución de la pandemia en España, varios alcaldes presionaron para que el gobierno del presidente Piñera dictara una medida de cuarentena total en todo el territorio. “Lo que se está diciendo es absurdo. Es una medida desproporcionada”, argumentó el ministro Mañalich.

Su justificación aludía al daño que una cuarentena total podría traer en el funcionamiento del país, y recalcó que desde ese día se cerraban indefinidamente los cines, restaurantes, bares, puertos y aeropuertos; que habrían aduanas y barreras sanitarias en algunas regiones e incluso localidades con cuarentena parcial.

“Estamos preparados para el peor escenario”, aseguró en la misma entrevista televisiva que dejó confundidos a muchos chilenos. “¿Cuál es el peor escenario, Ministro?”, preguntó el periodista. “No, no voy a dar datos precisos”, respondió.

Presidente Piñera en inspección en hospital de Chile
El presidente Piñera inspecciona las instalaciones de hospital de emergencia que se habilitará en Espacio Riesco.
Foto: Sebastián Rodríguez/Presidencia

El sábado 21 de marzo, un día después de que el ministro Mañalich sugiriera que el virus podría volverse “buena persona”, murió el primer paciente con coronavirus. El comité asesor COVID-19, que apoya al Gobierno, dejó constancia en su minuta de ese día lo siguiente: “Falta mayor claridad en todo el proceso de toma de exámenes, en los laboratorios habilitados en funciones y sus capacidades, en el plan de implementación de laboratorios en cada una de las regiones del país. Lo anterior es clave para asegurar razonablemente que se puede hacer una pesquisa oportuna de casos a nivel nacional”.

En esa sesión estuvieron la subsecretaria de Salud Pública y el subsecretario de Redes Asistenciales. Dentro de los acuerdos que tomó el comité estuvo “mejorar la oportunidad y calidad del informe epidemiológico diario, que incluya curva epidemiológica por fecha de inicio de síntomas, edad, sexo, región y comuna de residencia, la condición de caso importado o secundario, la presencia de comorbilidades. Reportar la proporción de casos aislados en recintos, número de personas en cuarentenas (acumulado y diario porque irán saliendo de esa condición), proporción de casos nuevos que se originan de la población en cuarentena y trabajadores de la salud infectados por labores asistenciales”.

Se acordó también “transparentar toda la información a través de la página web (...) para que los académicos chilenos y extranjeros puedan modelar y analizar las tendencias”, “fijar horarios de elaboración y entrega de informes diarios” y “presentar el modelo de la epidemia del Minsal y mantenerlo actualizado, buscando la evidencia de efecto de las medidas en el lapso esperado”. Pero han pasado 29 días desde el primer caso de COVID-19 confirmado en el país, 2.738 personas han sido diagnosticadas como positivas al nuevo coronavirus, y la baja disponibilidad de información oficial es un problema que continúa hasta la fecha.

Reportes epidemiológicos inútiles

Salud con Lupa rastreó todos los reportes del Ministerio de Salud sobre la situación de la epidemia en Chile disponibles de forma pública en su sitio web, para identificar la cantidad y tipo de exámenes realizados a diario, las proyecciones que guían la estrategia sanitaria del Gobierno y la disponibilidad real de camas hospitalarias. La información publicada por la autoridad es intermitente: no se encuentran reportes epidemiológicos de todos los días, no tienen el mismo formato, ni incluyen los mismos tipos de datos. Todo esto hace imposible un seguimiento serio de la evolución del avance del virus en el país.

El 16 de marzo, día en que Chile entró en la Fase 4 de expansión del virus, no hubo reporte epidemiológico alguno. Sólo un cuadro con el total de casos confirmados que indicó sexo, edad y el centro hospitalario. El del día siguiente fue un resumen ejecutivo de una hoja. A partir de entonces, los informes comenzaron a variar con distinto nivel de detalle, estructura e incluso diseño gráfico. La información simplemente dejó de ser comparable entre un reporte y otro.

Por ejemplo, el 21 de marzo es la primera vez que el reporte incluye información sobre el número de tests realizados, esto es 19 días después del primer contagio. Los dos reportes siguientes no contienen esa información. El 24 de marzo regresa el número al documento, pero en los siguientes vuelve a desaparecer.

“Nosotros llevamos semanas pidiendo cosas tan sencillas como que digan cuáles son todos los centros del país que están haciendo el test y cuál es la capacidad diaria que tienen. Esa información, así de sencilla, ha sido imposible obtenerla”, asegura el doctor Cristóbal Cuadrado, secretario de Salud Pública del Colegio Médico.

Cuarentena en Chile
Mientras el Gobierno no decretaba la cuarentena obligatoria en todo el país, la población ponía mensajes en sus casas y en las redes sociales para que se aprobara la medida.
Foto: Paulette Desormeaux

Otro ejemplo que muestra la opacidad es el porcentaje de personas contagiadas que presenta determinados síntomas - como tos, fiebre o dolores musculares -, ya que solo se reporta hasta el 15 de marzo, el día antes de la Fase 4. El dato reaparece 8 días después. Llama la atención que en ese reporte se señala que el 9% de los diagnosticados presentaron fiebre, mientras que en todos los reportes anteriores el porcentaje variaba entre el 48 y el 57%. Al día siguiente, el porcentaje de síntomas se reporta solo respecto a pacientes hospitalizados. Y al siguiente, respecto a ambos.

“Hay una serie de situaciones que, por lo mínimo, están generando confusión y dudas razonables de qué tanto se puede confiar en la información que entrega la autoridad. Y más preocupante aún, de qué tan informada está la autoridad en datos confiables que les permitan tomar buenas decisiones, porque por una parte está la transparencia hacia afuera, pero por otra parte está realmente qué grado de conocimiento se tiene de datos que son clave para tomar decisiones en los momentos oportunos”, reclama el doctor Cuadrado, secretario de Salud Pública del Colegio Médico.

La dificultad de acceder a información incluso ha afectado a científicos encargados de asesorar al Ministerio de Ciencias a través de la entrega de insumos para la elaboración de proyecciones sobre la pandemia en el país. Tomás Pérez-Acle es biólogo computacional y subdirector de la Fundación Ciencia y Vida, y hoy lidera este grupo científico. “Los únicos datos que nosotros tenemos son los que han sido reportados por el Ministerio de Salud en su página web”, reveló en una entrevista de prensa.

A través del Ministerio de Ciencias, Pérez-Acle y su equipo han solicitado insistentemente al Minsal que los datos de contagiados se entreguen desagregados por comuna en el país. “Esa es una batalla que hemos venimos dando hace rato, desde que partimos con nuestras proyecciones, particularmente ahora que nuestros datos están siendo utilizados como uno de los insumos a través de los cuales el Gobierno está tomando las decisiones. Los datos lamentablemente no están fluyendo”, aseguró Pérez-Acle.

El científico explicó que el ministerio está obligado por ley a cuidar la identidad de las personas, pero “nosotros no necesitamos el nombre, el sexo de la persona, ni siquiera dónde vive; lo único que necesito saber es que hay una persona que se infectó y que vive en cierta comuna”.

Pruebas de coronavirus
En Chile no se reportan a diario las pruebas diagnósticas para coronavirus. Los reportes son incompletos.
Salud con lupa

El problema de no poder acceder a esa información es el riesgo de que las proyecciones de saturación del sistema puedan ser erróneas o tardías. “Hemos hecho la proyección en la Región Metropolitana y no la hemos podido extender al resto del país, que es algo que es urgente hacer (...) Es tal el nivel de trabas administrativas y legales que existe en nuestra administración, que probablemente es eso lo que tiene impedido al Minsal de que nos entregue los datos”, lamentó.

Hacer una estimación sobre cuándo se dará una eventual saturación del sistema de salud es clave para tomar las medidas adecuadas que permitan dar atención médica a la mayor cantidad de personas infectadas y no tener que decidir por escasez de recursos quién vive y quién no.

“Lo peor que puede pasar si no podemos obtener los datos es que la proyección que hay para el colapso del sistema de salud que pensamos para finales de mayo y comienzos de junio, esté incorrecta, y que a lo mejor sea a mediados de abril. Aquello no lo puedo saber hoy día porque lo único con lo que puedo trabajar es con los datos que me entrega el ministerio”, advirtió Pérez-Acle.

El lunes 30 de marzo, el Gobierno compartió por primera vez un reporte elaborado por el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud sobre el Covid-19 que incluía la información de contagios por comuna, tal como pidió insistentemente el equipo del biólogo computacional Tomás Pérez-Acle. Al publicar el informe, el Minsal aclaró que la información se actualizará cada 48 horas. Si bien el reporte indica que hasta el 29 de marzo se han confirmado 2.449 casos de COVID-19 por laboratorios en el país, el documento no incluye ninguna cifra de la cantidad de exámenes tomados, ni las proyecciones de la crisis sanitaria.

Los medios de comunicación también han sido insistentes en solicitar mayor claridad al Gobierno. El sábado 28 de marzo, cuando la autoridad sanitaria informó el número de contagiados hasta la fecha, la prensa reiteró la pregunta sobre cuántos tests diarios se estaban realizando en el país. La respuesta del ministro de Salud fue que de cada 100 exámenes P.C.R. (los únicos considerados en las cifras oficiales), 95 daban negativos, es decir, que en solo el 5% de los casos de personas que se tomaban el examen, se comprobaba el contagio.

Sin embargo, el reporte oficial disponible hasta esa fecha, que muestra la cantidad acumulada de exámenes, establece que había un total de 26.639 exámenes informados. De ellos, 1.909 dieron positivo en contagio de coronavirus, es decir, el 7,16%. La diferencia entre el porcentaje que informó el Ministro y el que arrojan los datos acumulados, es de 577 personas.

También hay diferencias entre las cifras que el presidente Sebastián Piñera ha informado y las que incluyen los reportes del Ministerio de Salud. De hecho, el viernes pasado el mandatario chileno hizo un balance de la crisis sanitaria a nivel nacional en el primer Consejo de Gabinete virtual. En la sesión dijo: "Creo que Chile es el país que ha hecho más tests por habitante en América Latina (...) Estamos aumentando significativamente el número de test, por ejemplo, antes de ayer (25 de marzo) hicimos 3.290 testeos, ayer (26 de marzo) 4.886, hoy (27 de marzo) 7.387, es decir, estamos aumentando significativamente el número de testeos".

Las cifras entregadas por el Presidente Piñera no tienen respaldo en los informes epidemiológicos de la autoridad sanitaria. De hecho, los reportes oficiales del Minsal de los días 25, 26 y 27 de marzo, no incluyen ningún dato sobre la cantidad de exámenes realizados. El que sí trae esa cifra es el reporte del domingo 29, y muestra que en las últimas 24 horas se tomaron 1.867 exámenes a nivel país. Muy por debajo de los números indicados por el Presidente Piñera. Cabe destacar que en ningún reporte hasta la fecha se han entregado datos sistematizados de los tipos de tests que se están aplicando, o su distribución a lo largo del país.

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Tabla del “Reporte Coronavirus” con exámenes realizados a nivel nacional. No entrega detalles de distribución geográfica.

Son más los datos que faltan. El doctor Juan Carlos Said es médico internista de la Universidad de Chile, magíster en Salud Pública del Imperial College London y director de la fundación América Transparente. Trabaja hace una década en el hospital público Sótero del Río y está preocupado de no ver datos sobre la ocupación real de las camas de cuidados intensivos (camas UCI). “El Gobierno dice que tenemos mil camas, pero esas camas no están vacías. En las tres salas del hospital nunca ha habido una cama vacía en la UCI. Se pueden postergar cirugías, pero las meningitis no van a desaparecer, los accidentes vasculares tampoco. Entonces, ¿cuál es la proyección de colapso de las camas UCI?”, pregunta.

Para el doctor Said, es clave poder contar con información oficial sobre la proyección epidemiológica y la estrategia sanitaria, que hoy no están disponibles de forma pública. “¿Cómo sabemos si las medidas del Gobierno son suficientes si no tenemos una proyección clara para evaluarla? Uno entiende que es un estado excepcional, pero eso no debería ser un motivo para que la transparencia desaparezca”, explica.

El virus que causa Covid-19 llegó a Chile en medio de una profunda transformación social que estalló en octubre del año pasado y que empujó fuertemente por un cambio de Constitución que asegurara reformas sustanciales. El manejo que el Gobierno hizo de esa revolución, la fuerte represión, y abusos a derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad y orden, dejaron al Presidente Piñera con una aprobación del 6% en enero de este año, un mínimo histórico para un jefe de Estado desde el retorno de la democracia en 1990. En medio de la crisis sanitaria por el avance del Covid-19, la aprobación del mandatario chileno subió a un 21%, según la última encuesta Cadem. Pero la crisis de confianza en la autoridad continúa. La desaprobación a la gestión del presidente Piñera fue de un 68% y la de su gabinete, de un 73%.

El doctor Cuadrado, secretario de Salud Pública del Colegio Médico, lo dice con claridad: “Para todos los gobiernos que tienen poca legitimidad, poca aprobación pública, enfrentar una crisis sanitaria es un desafío, y probablemente una de las formas que podría ayudarles a enfrentarla de manera adecuada, es una transparencia y una forma de comunicar y relacionarse con la ciudadanía que permita establecer un vínculo en términos distintos de lo que se ha visto hasta ahora, y eso no se ha visto en el Gobierno de Chile”.

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