Una vida muy corta para un legado inmenso

Simón Eduardo Yévenes Yévenes fue comerciante y un destacado dirigente poblacional. Nació el 17 de junio de 1943 en el Hospital San Borja de la Región Metropolitana, en el seno de una familia de clase media y de profunda convicción cristiana, apegada a los valores más trascendentales y espirituales, basados en el esfuerzo, el trabajo y el amor por la vida.

Sus padres Eduardo Heriberto Yévenes Reyes y Sara Amelia Yévenes Arellano, oriundos de la localidad de Cauquenes, se establecieron primitivamente en la población Santa Elisa en San Miguel, en el paradero 18 de Gran Avenida, para después asentar los pilares de su núcleo familiar en la población La Castrina en La Granja.

Fue ahí donde terminaron de consolidar un cálido hogar, feliz e integral, el cual sostuvieron económicamente con las labores de Eduardo como funcionario de Carabineros y con el oficio de modista y ama de casa que Amelia realizaba a diario.

Simón y su hermana María, nacida un par de años después, compartían mucho durante su niñez, integrando los tradicionales juegos infantiles con la ayuda que le brindaban a la señora Amelia en su trabajo.

“De niños jugábamos mucho y compartíamos todo, porque siempre tuvimos conciencia del sacrificio que hacían nuestros padres. Simón ayudaba a la mamá a encandelillar y hacer ojales y, aunque era dado a jugar al fútbol y elevar volantines, siempre fue muy bueno para leer y entablar conversaciones”, recuerda su hermana.

Simón fue un alumno normal y cursó sus estudios primarios en el Colegio Renovación. De ahí pasó la secundaria en el Liceo de Hombres Nº 6 en la comuna de San Miguel para después tener un acercamiento con la carrera de Técnico en Electrónica en el Politécnico de San Bernardo.