Peña Herreros Michelle Marguerite


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Rut : 6.199.338-k

Fecha Detención : 20-05-1975
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 27-07-1947 Edad : 27

Lugar Nacimiento : Santiago

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Estudiante Ingeniería Eléctrica

Estado Civil e Hijos : Soltera, embarazada
Nacionalidad : española


Relatos de Los Hechos

Fuente :informe corporación

Categoría : Antecedentes del Caso

Rut. : No se consigna.
F.Nacim. : 27 07 47, 27 años a la fecha de su detención nacionalidad Española, nacida en Francia.
Domicilio : Calle Tiros, Villa Japón, Las Rejas, Santiago
Est.Civil : Soltera, 8 meses de embarazo
Actividad : Ex estudiante de Ingeniería Eléctrica, Universidad Técnica del Estado
C.Repres. : Partido Socialista; Ex empleada del Instituto Chileno Vietnamita; Asistente del Sindicato Mademsa y Cristalerías Chile
F.Detenc. : 20 de Junio de 1975

SITUACION REPRESIVA

Michelle Marguerite Peña Herreros, estudiante de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado, militante socialista, embarazada de ocho meses, fue detenida alrededor del 20 junio de 1975, en la población Las Rejas, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Aunque no hay testimonios directos de su aprehensión, existen antecedentes que permiten deducir que ésta se produjo en su domicilio y, posiblemente, junto a Ricardo Lagos Salinas, con quien compartía la casa y la militancia socialista. En el momento de su detención, la afectada se encontraba con un embarazo de 8 meses. Tanto la víctima como Ricardo Lagos se encuentran desaparecidos. En cuanto al hijo que ella esperaba, se desconoce su destino.
Juan Carlos Ruiz, también socialista, declaró que, en noviembre de 1974, después de salir libre de una detención, tomó contacto con Michelle Peña, cuando ella y Ricardo Lagos vivían en una pensión de calle Tocornal. Posteriormente, en 1975, el testigo asumió tareas de enlace entre Exequiel Ponce, entonces dirigente máximo del Partido y los dirigentes Ricardo Lagos, Carlos Lorca y Michelle Peña, todos actualmente desaparecidos después de haber sido detenidos por la DINA. En marzo de 1975 ubicó la casa de calle Tiros en la que vivían Lagos y la afectada, domicilio en el que se reducían documentos, había taller fotográfico y se realizaban los puntos de encuentro y reunión con Ponce. En esa época, se vivían tiempos de bastante inseguridad, señala el declarante, puesto que ya habían sido detenidos dirigentes socialistas de nivel intermedio.
Así, el embarazo de Michelle generaba sobresaltos. Según el testigo, se le trasladaba a los controles médicos, cambiándole continuamente de nombre.
Alrededor del 21 de junio de 1975, Juan Carlos Ruiz concurrió al domicilio de la víctima e ingresó a éste sin darse cuenta que la señal de alerta previamente convenida con Ricardo Lagos una ventana abierta estaba presente. Adentro había un gran desorden, los colchones estaban rajados y todas las cosas desparramadas, con evidentes signos de allanamiento. El declarante estimó que en ese lugar habían sido detenidos Ricardo Lagos y Michelle Peña.
Posteriormente, el 1°de julio de 1975, cuando el militante socialista Héctor Eduardo Riffo se encontraba recluido en el sector denominado "La Torre" en Villa Grimaldi -centro secreto de reclusión y tortura de la DINA – sintió que a una cabaña vecina ingresaban a dos mujeres detenidas. Escuchó sus voces y reconoció la de Michelle, a la que conocía con anterioridad. Respecto a la otra persona escuchó que los agentes la llamaban "Gina". Este testigo fue detenido, el 24 de junio de 1975, al acudir a un encuentro con Ricardo Lagos, a quien los agentes de la DINA llevaban en calidad de detenidos.
La detención y desaparición de la afectada se inscribe en una acción de la DINA en contra de dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, de sus enlaces y correos, realizada en junio y comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones de Ricardo Lagos, Exequiel Ponce, Mireya Rodríguez, Carlos Lorca, Modesta Carolina Wiff y de la afectada. En el mes de julio fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes trabajaban partidariamente junto a Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos – desaparecidos. Por su parte, Michelle Peña estaba siendo buscada desde 1974. En septiembre de ese año llegaron hasta el domicilio de Gregoria Peña, ubicado en Gálvez 143, civiles que se identificaron como Militares, preguntando por la afectada. Al no encontrarla, estuvieron alrededor de 15 días vigilando el lugar.
Michelle Peña permanece desaparecida desde que se le viera en Villa Grimaldi en junio de 1975. A pesar de que tenía un embarazo de más de 8 meses, nunca se ha podido verificar si su hijo nació.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

El 8 de julio de 1975, Gregoria Peña – familiar de la afectada – interpuso un recurso de amparo por Michelle, en la Corte de Apelaciones de Santiago, el que fue rolado con el Nº 827 – 75. Con la sola repuesta del Ministro del Interior y General de División Raúl Benavides Escobar, en la que se negaba la detención de la amparada (julio de 1975), la presentación fue rechazada el 8 de agosto de 1975.
El 29 de agosto de 1975 se interpuso un nuevo amparo por la afectada, en la Corte Marcial, el que fue rolado con el Nº128?75, señalando Gregoria Peña que se había enterado que su hermana posiblemente, y debido a su estado de embarazo, se encontraba en el Hospital Militar de Santiago, bajo la denominación de NN. Después de que el Ministro Raúl Benavides negara la detención, la Corte Marcial se declaró incompetente para conocer del recurso y remitió los antecedentes a la Corte de Apelaciones de Santiago. Esta los roló con el Nº 1217 – 75 (25 de septiembre de 1975) y el 26 de septiembre del mismo año, rechazó el recurso, enviando las piezas al Juzgado del Crimen correspondiente.
El 1°de octubre de 1975 el 6º Juzgado del Crimen de Santiago abrió el proceso rol Nº 92.461. Durante la tramitación de éste, se ofició al Hospital Militar para que informara si entre el 25 de junio y el 2 de agosto de 1975, había ingresado una mujer embarazada y si se había establecido su identidad. La gestión no tuvo los resultados esperados. El Hospital envió la ficha de una paciente que posteriormente se estableció que se había lanzado al paso de un vehículo, y que no correspondía a Michelle Peña.
El 14 de julio de 1976 se cerró el sumario y sobreseyó temporalmente la causa. La Corte de Apelaciones de Santiago aprobó la resolución el 29 de octubre del mismo año.
El 10 de julio de 1975, en el 5º Juzgado del Crimen se presentó una denuncia por detención ilegal de Michelle Peña, la que fue rolada con el Nº100.753. Durante la tramitación de ésta, el Ministro del Interior y General de División, Raúl Benavides Escobar, negó la detención de la afectada (22 de julio de 1975). Por su parte, el Coronel Jorge Espinoza Ulloa, Secretario Ejecutivo Nacional de Detenidos (SENDET), informó al Tribunal que carecía de antecedentes relacionados con Michelle Peña (julio 1975). El Coronel Hernán Brantes Martínez, de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) señaló que la víctima no había sido detenida por ellos. "No pudiendo avanzar más en la investigación de esta causa", se cerró el sumario el 30 de octubre de 1975 sobreseyéndose temporalmente la causa. El 19 de enero de 1976, la Corte de Apelaciones aprobó la resolución.
Además, la familia presentó el caso ante organismos internacionales, con el objeto de lograr una respuesta sobre el paradero de la afectada. Se entregaron los antecedentes a la Comisión Internacional de Juristas y a la Comisión de Derechos Humanos entre otros.
El 1°de agosto de 1978, los familiares de Michelle Peña concurrieron al 10º Juzgado del Crimen de Santiago, junto a las familias de 70 detenidos – desaparecidos, para presentar una querella criminal por el delito de secuestro en contra del General Manuel Contreras Sepúlveda, de Marcelo Luis Manuel Moren Brito y de Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, Coronel y Teniente Coronel de Ejército respectivamente. El Juez se declaró incompetente remitiendo la causa a la Justicia Militar, la que la radicó en la 2º Fiscalía Militar de Santiago. El proceso fue rolado con el Nº 553?78.
En dicho proceso se tuvieron a la vista 4 cuadernos de la Visita por casos de detenidos desaparecidos del Ministro Servando Jordán, y en ellos se consignaban antecedentes del actuar de la DINA, de sus agentes y de los recintos secretos de detención.
En esta causa declaró por Oficio el ex Director de la DINA, el General Manuel Contreras Sepúlveda y que en otras cosas declarara que efectivamente Villa Grimaldi era un recinto de la DINA, donde eran llevados algunos detenidos en tránsito, respecto a la Clínica Santa Lucía dice que era un recinto hospitalario para funcionarios de la DINA. En relación a los agentes dice que Laureani, Wenderoth, Krassnoff, Moren eran analistas de la DINA y que Osvaldo Romo Mena era informante de un agente y que desconoce su actual paradero.
Sin que se realizaran diligencias durante cuatro años, el 20 de noviembre de 1989, el Teniente Coronel de Ejército Enrique Ibarra Chamorro, Fiscal General Militar, solicitó para esta causa la aplicación del Decreto Ley de Amnistía (D.L. 2.191) porque el proceso había tenido como finalidad exclusiva la investigación de presuntos delitos ocurridos durante el período comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978 y porque, durante los 10 años de tramitación, no se había logrado "determinar responsabilidad de persona alguna". El 30 de noviembre de 1989 la solicitud fue acogida por el 2do. Juzgado Militar, el que sobreseyó total y definitivamente la causa ?la que aún se encontraba en etapa de sumario? por "encontrarse extinguida la responsabilidad penal de las personas presuntamente inculpadas en los hechos denunciados". Las partes querellantes apelaron de dicha resolución a la Corte Marcial, la que confirmó el fallo en enero de 1992. Se interpuso entonces un Recurso de Queja ante la Corte Suprema de Justicia, la que al mes de diciembre de 1992, aún no evacuaba su resolución.
(Antecedentes completos de esta querella en el caso de Eduardo Alarcón Jara, detenido el 30 de julio de 1974). Romo Mena fue detenido en julio de 1992 en Brasil y en noviembre de ese año expulsado de dicho país; a su llegada a Chile fue detenido. A diciembre de ese año ha sido encargado reo en seis causas de detenidos desaparecidos.
Entre otras cosas Romo ha reconocido su calidad de agente de la DINA, su participación en operativos de detención y en interrogatorios a detenidos en los centros de detención de la DINA. También ha entregado información en relación a su salida del país en 1975, a raíz de que él estaba siendo citado por varios Tribunales que tramitaban causas por detenidos desaparecidos. La DINA no sólo había intervenido en la decisión de abandonar el país, sino que además le había proporcionado los medios para hacerlo, entre ellos facilitándole documentos de identidad falsa para él y su familia.


Aumentan a 205. Dos nuevas querellas contra Pinochet

Fuente :latercera.cl,10 de Enero 2001

Categoría : Prensa

Uno de los líbelos pretende esclarecer el destino y paradero del hijo de Michelle Pena, ya que según datos del Ejército, la mujer que tenía ocho meses de embarazo, fue asesinada dos meses después de su detención. El abogado Sergio Concha presentó, ante la Corte de Apelaciones de Santiago, una nueva querella en contra del ex gobernante de facto, Augusto Pinochet, por los delitos de secuestro y asociación ilícita en la persona de Patricio Urbina Chamorro y su esposa Angeles Alvarez Cárdenas. El documento acusatorio se extiende a los agentes de seguridad del régimen militar Manuel Contreras, Fernando Labriani, Osvaldo Romo, Marcelo Moren y Raúl Iturriaga


Exclusivos disminuyen a cuatro

Fuente :primeralinea.cl, 23 de Abril 2002

Categoría : Prensa

En un dictamen que ya se preveía, el pleno de ministros de la Corte de Suprema determinó que sólo cuatro de los ocho jueces con dedicación exclusiva seguirán en esta condición, y los restantes pasarán a conformar un tribunal con dedicación preferente.
Basado en los antecedentes recopilados por el máximo tribunal, se determinó que el Primer Juzgado de Letras de San Bernardo, a cargo de la jueza Cecilia Flores; Octavo del Crimen de Santiago, con María Ines Collins; Noveno del Crimen de Santiago con Raquel Lermanda y Décimo del Crimen con Juan Antonio Poblete siguen como jueces exclusivos.
Además, el Cuarto Juzgado del Crimen de San Miguel, a cargo de María Teresa Díaz se mantendrá en la misma condición, aunque sólo por un plazo de un mes.
En el caso del Primer Juzgado del Crimen de Santiago, Quinto del Crimen de Santiago, Primer Juzgado del Crimen de Arica, Juzgado de Letras de María Elena, Primer y Segundo Juzgado del Crimen de Valparaíso, Primer Juzgado Civil de Chillán, Primer Juzgado del Crimen de Chillán, Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano, Juzgado de Letras de Pucón y Segundo Juzgado del Crimen de Valdivia se sumarán al grupo ya existente de jueces preferentes.
La situación más difícil la enfrentan los jueces del Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, Mario Carroza; Tercer Juzgado del Crimen de San Miguel, María Teresa Díaz; Juzgado de Letras de Santa Barbara, Loreto Jara que en adelante se convertirán en jueces preferentes.
Pero la Corte Suprema también ordenó al Décimo Juzgado del Crimen que anexe los procesos que correspondan a las causas que tramita de manera de avanzar en la investigación, sin embargo, no entrega más detalles al respecto.
Todos los jueces exclusivos y preferentes deberán informar al cabo de un mes sobre su gestión y nuevamente serán evaluados por el tribunal superior.
En el detalle de las causas, el proceso por la muerte de Juan Luis Rivera Matus rol 107.716-9 comenzará a ser visto de manera preferente por el titular del Primer Juzgado del Crimen de Santiago Joaquín Billard, quien también tramitará la causa rol 107.254.
En el caso del Quinto del Crimen conocerá el rol 167.716-16 caratulado como desaparecidos de La Moneda, que ya estaba en calidad de preferente.
En el Primero de Arica y Cuarto de esta misma ciudad se conocerán las causas rol 51925 y 13.322-A, respectivamente.
En María Elena se indagará de manera preferente el proceso 31-91, Mientras que en el Primero del Crimen de Valparaíso se verá la causa del sacerdote británico Michael Woodward rol 140.454.
En el Segundo del Crimen de Valparaíso se conocerá la causa rol 127.298-1. En Chillán en tanto el Primer Juzgado Civil conocerá la causa 11.599 que de acuerdo al Fasic no corresponde a proceso de derechos humanos, en cambio en el Primero del Crimen de esta misma ciudad se indagará la desaparición de Ernesto Torres Guzmán, rol 70.927-6.
En el caso de Talcahuano se anexa como prefente el rol 24.776, en Pucón el rol 4.473 y en Valdivia el rol 75.858.
Por el contrario, se verán perjudicadas por el dictamen de la Corte Suprema las causas sobre la desaparición de Daniel Reyes Piña, Leopoldo Muñoz Andrade, Víctor Morales Mazuela y Víctor Cárdenas Valderrama que tramitaba el Tercer Juzgado del Crimen de San Miguel ya que ahora tendrán carácter preferente. En todo caso,juega a su favor que ya se dictaron procesamientos en el caso de las causas de Morales y Cardenas.
En el Tercero del Crimen de Santiago serán ahora causas preferentes la desaparición a manos de la DINA DE Iván Carreño Aguilero, y las muertes de Luis Moraga Cruz, Juan Orellana Catalán y Ricardo Weibel Navarrete que perecieron a causa del Comando Conjunto. También este tribunal conoce el proceso por la desaparición del ex GAP Domingo Blanco Tarres.
En el caso de Santa Bárbara se ve perjudicada la investigación sobre los casos de Luis Bastias Sandoval, Luis Cid Cid, Cristino Cid Fuentealba, José Molina Quezada, José Pinto, Raimundo Salaza, Segundo Soto, Gabriel Viveros desaparecidos en los primeros días del Golpe Militar.
En el Décimo del Crimen de Santiago se indaga cuatro casos informados en la Mesa de Diálogo por las Fuerzas Armadas se trata de la desaparición en 1975 de Ricardo Lagos Salinas, Carlos Lorca Tobar, Michelle Peña Herreros y Exequiel Ponce Vicencio.


Recordando a Michelle Peña Herreros

Fuente :cronicadigital.cl, 7 de Enero 2022

Categoría : Prensa

Estas líneas están dedicadas a homenajear a mi querida amiga Michelle Peña, alumna de ingeniería eléctrica de la Universidad Técnica del Estado (UTE), destacada militante socialista y dirigente estudiantil, detenida desaparecida, con ocho meses de embarazo, desde junio de 1975.

Michelle Marguerite Peña Herreros nació el 26 de julio de 1947 en Toulouse, Francia. Hija de una exiliada española de la guerra civil, tenía las nacionalidades francesa y española. Fue inscrita como hija de sus abuelos Gabriel Peña y Micaela Herreros. Su madre, Gregoria Peña Herreros, tenía 15 años a la fecha de su embarazo. Su padre, Roger Icart, era dos años mayor, hijo de una familia francesa acomodada. Dado que ambos eran menores de edad, la familia Icart se opuso a que se casaran. Gregoria y Roger vivían en el pueblo de Lezat sur Leze y la joven se mudó a Toulouse, donde nació su hija.

Michelle creció creyendo que su madre era su hermana mayor. Llegó a Chile en 1951 y recién a los cinco años de edad le fue revelada la verdad de su origen. Su infancia y adolescencia transcurrieron en un círculo de refugiados españoles que hablaban de la guerra civil (1936-1939) y entonaban las canciones de la República, que ella aprendió y cantaba con entusiasmo.

Su enseñanza básica la hizo en una escuela pública y la media, en el Liceo de Niñas No. 1, Javiera Carrera, donde fue activa en la organización estudiantil, como dirigenta de curso y organizadora de la primera convención de estudiantes para crear los estatutos del Centro de Alumnas. Participó también en la organización del primer Festival de la Canción del Liceo. En este periodo se hizo amiga muy cercana de Patricia Abarzúa y Aileen Griffith, quienes compartían su entusiasmo.

En 1967 ingresó a la Universidad Técnica del Estado (UTE), Sede Antofagasta, a estudiar ingeniería eléctrica. Al año siguiente se trasladó a Santiago a continuar estudios en la misma carrera.

Militó en la Juventud Socialista (JS), donde de inmediato se destacó. En las palabras de su madre, Michelle era “alegre, inteligente, especialmente hábil y rápida para las matemáticas… pero prefería leer, escuchar música y tocar guitarra”. Era “alta, fornida, de tez blanca, ojos muy grandes de color café, expresivos y de mirada firme, la nariz respingona. Hablaba con sus manos y con sus gestos, era muy discutidora y no se quedaba callada frente a las injusticias sociales”.

Como consecuencia de estas virtudes y de manera inusual, a fines de su primer año de estudios en Santiago fue designada candidata a delegada estudiantil ante el Honorable Consejo Universitario de la UTE en representación de los estudiantes de Ingeniería de Ejecución de las nueve Sedes universitarias: Antofagasta, Copiapó, La Serena, Santiago, Talca, Concepción, Temuco, Valdivia y Punta Arenas.

El movimiento por la Reforma Universitaria había tenido grandes avances en la UTE: en octubre de 1967 se había constituido una Comisión de Reforma con participación estudiantil, la primera en Chile, y en agosto de 1968 habíamos elegido rector, en claustro pleno de profesores y estudiantes, a don Enrique Kirberg, militante comunista y candidato de la Reforma.

Fue en estas circunstancias que conocí a Michelle, dado que yo fui su contendor, en representación de las Juventudes Comunistas (JJCC, la Jota), en esas elecciones. Yo la ubicaba de vista, así como a su amiga de liceo, Patricia Abarzúa. Paty era también militante de la JS y había ingresado a la UTE en 1967. Hacia fines de 1968 entablé un contacto más cercano con ambas.

En algún momento, Michelle se acercó a mí con una pregunta: “No conozco las Sedes provinciales. ¿Tú las conoces?”. Como dirigente de la Jota en la UTE, me había correspondido visitar la mayoría de las Sedes y estaba enterado del avance de la Reforma en cada una de ellas.

Ofrecí entonces entregarle esta información, lo que ella acogió con agrado. Nos fuimos a una de las salas de estudio de la Escuela de Ingenieros Industriales y allí le compartí mi mirada de la situación sede por sede. Nos juntamos dos veces. Michelle anotaba todo lo que yo le contaba y hacía muy buenas preguntas. De vez en cuando intercambiábamos bromas. Desde entonces se forjó una amistad muy sincera y de gran afecto.

A los pocos días, fue a buscarme al departamento donde yo estudiaba y, con una luminosa sonrisa, dijo: “¿Sería mucha frescura proponerte que fuéramos juntos Sede por Sede presentando nuestras candidaturas ante los estudiantes?”.

Su propuesta me sorprendió como una gran demostración de confianza, pero debí responderle: “Me encantaría hacer lo que propones, pero hay un problema: yo no voy a hacer campaña. En la mayoría de las Sedes me conocen y en otras, la Jota hará el trabajo de dar a conocer mi postulación por medio de carteles y otros medios”.

Michelle pareció asombrada ante mi respuesta, pero la aceptó sin problema. Pues bien, la elección se realizó.  En Santiago, donde era muy valorada, obtuvo una alta votación, pero no ocurrió lo mismo en las sedes provinciales. Fue la primera en felicitarme por mi victoria y nuestra amistad quedó bien asentada. De allí en adelante nos saludábamos de abrazo y beso en la mejilla y conversábamos cariñosamente cada vez que nos encontrábamos en los interminables corredores y antiguos vericuetos del campus de la UTE.

En 1969 tuvo lugar un gran acontecimiento estudiantil: el 7º Congreso de la Federación de Estudiantes de la UTE (FEUT), realizado en la Sede de Antofagasta, en el que participaron 2 mil estudiantes provenientes de todas las sedes. Fue una cruzada masiva por discutir la problemática más trascendente a nivel universitario, nacional y mundial, enriquecida por una ocupación cultural de la ciudad de Antofagasta en la que el estudiantado de la UTE presentó sus conjuntos musicales, de teatro, de danza, circos estudiantiles, brigadas muralistas, etc. y donde fuimos acogidos por el alcalde de la ciudad, Germán Miric.

Michelle y yo fuimos delegados al congreso y, como se sabía que éramos amigos, se nos encargó el trabajo de “coordinar” acciones entre las juventudes socialista y comunista a objeto de minimizar los problemas que a veces surgían entre ambas organizaciones.

Si bien estaba claro que la unidad de la izquierda y la posible conquista de un gobierno popular (que se conseguiría al año siguiente con la candidatura de Allende) tenían como columna vertebral a la unidad socialista-comunista, entre ambas organizaciones juveniles existía una rivalidad que de tanto en tanto adquiría toques de sectarismo de ambas partes.

No recuerdo hasta qué punto la “coordinación” tuvo carácter oficial, pero Michelle y yo la cumplimos religiosamente y nos reuníamos a diario a conversar acerca de problemas que surgían en las comisiones y a proponer medidas para resolverlos. Nunca vi en ella actitudes sectarias.

Al año siguiente (1970), Michelle encabezó un esfuerzo por conseguir que la JS conquistara la presidencia del Centro de Alumnos del Grado Oficios (enseñanza media técnica dependiente de la UTE), que culminó exitosamente cuando el militante socialista Juan Carlos Ruiz se impuso a Hugo Munizaga, candidato de las JJCC. Después del golpe de Estado, ambos dirigentes fueron presos políticos en el campo de concentración de Chacabuco.

En 1969 me convertí en profesor a jornada completa de la UTE, lo que incidió en que comencé a ver a Michelle con menor frecuencia y, desde fines de 1970, perdí todo contacto con ella. Esto se debió tanto a mi nueva dedicación profesional como al hecho de que ella comenzó a emplear una mayor fracción de su tiempo en actividades extra universitarias. Durante sus años de estudiante, Michelle trabajó en el Instituto Chileno-Vietnamita de Cultura y en el Chileno-Checoeslovaco de Cultura y también apoyando al sindicato de Mademsa y como secretaria del interventor de Cristalerías Chile. Su dedicación política y laboral hizo que no le fuera posible finalizar sus estudios en la UTE.

En marzo de 1973, Michelle y sus amigas Patricia Abarzúa y Marisol Bravo, todas militantes socialistas, emprendieron un viaje de vacaciones al Norte de Chile, que dejó muchas anécdotas, disfrutaron a plenitud y que marcó una suerte de despedida a la normalidad de las vidas de las tres jóvenes, que pocos meses después se vería profundamente alterada por el golpe de Estado.

El 11 de septiembre del 73, Michelle estuvo en su trabajo en Cristalerías Chile. En los meses que siguieron, ya desatada la salvaje represión dictatorial, algunos de sus cercanos le advirtieron que, en su condición de activista reconocida, corría peligro de muerte y le propusieron que aprovechara sus nacionalidades francesa y española para exiliarse en Europa. Ella se negó, aduciendo que la dictadura era tan aberrante que no podía durar mucho tiempo.

A partir de febrero de 1974, Michelle inició un periplo de supervivencia en la clandestinidad. Vivió en varias casas de seguridad con distintas personas, sin que yo haya podido establecer a ciencia cierta los tiempos, la secuencia ni otros detalles.

  • Casa en calle Nueva Uno, Paradero 24 de la Gran Avenida que pertenecía a una tía de Michelle. Allí ella habría conocido al dirigente socialista Ricardo Lagos Salinas, cuya familia se había exiliado en Alemania. Compartieron esa casa con Patricia Abarzúa, Marisol Bravo y Carlos Lorca durante cerca de un año. Lagos Salinas y Carlos Lorca eran altos dirigentes del PS.
  • Departamento en la Villa Olímpica, junto a Lagos Salinas, durante dos meses.
  • Pensión en Tocornal 557 junto a Lagos Salinas.
  • Casa en calle Santa Laura, Plaza Chacabuco, de un hermano de Paty Abarzúa. Michelle estuvo varias veces en esta casa.
  • Casa de Aileen Griffith (Luis Zegers 772, Las Condes), con Lagos Salinas. Para entonces, Michelle ya tenía un embarazo avanzado (1975).
  • Casa en Tiros 122, Villa Japón (Las Rejas), donde Michelle habría sido detenida en junio de 1975.

Diversos testimonios sugieren que la persona que cuidó de la seguridad de Michelle en el periodo previo a su detención fue Juan Carlos Ruiz, quien se encargó de encontrarle casas de seguridad y también de conseguirle transporte de un sitio a otro.

Posteriormente, la madre de Michelle, Gregoria, declaró que su casa había sido vigilada desde 1974 por agentes de civil buscando a su hija. Poco antes de la detención de Michelle, su madre se reunió con ella en el Drugstore de Providencia, advirtiendo su avanzado estado de embarazo. Durante ese encuentro, la presionó para que se asilara en la embajada de Francia, pero Michelle se negó. En junio del 75, Gregoria recibió una llamada anónima diciéndole “tu hija ya cayó”. Se supone que esta comunicación provino de agentes del Estado.

El 22 de junio, Juan Carlos Ruiz, llorando, contó a Marisol Bravo que había ido a la casa de Villa Japón y había encontrado todo destrozado, señal de que Michelle, y tal vez otras personas, habían sido detenidas. Marisol llamó a Gregoria esa noche, dándole la noticia.

Por recuentos de testigos se sabe que Lagos Salinas y Michelle fueron llevados a Villa Grimaldi y torturados. Gregoria recibió información de que su hija había sido ingresada en el Hospital Militar y que le pedía ropa y libros. Luego le comunicaron que había sido trasladada al Hospital de la Fuerza Aérea, que contaba con una Maternidad; también mencionaron la Clínica Santa Lucía.

Una persona, que se supone era enfermera del Hospital Militar, llamó a Gregoria para decirle que el hijo de Michelle había nacido y era hombre. Otra versión se originó en una militante del MIR, quien declaró que, a comienzos de julio de 1975, vio en Villa Grimaldi a Michelle, quien entre sollozos le habría contado que el hijo que esperaba había muerto a causa de las torturas sufridas.

Gregoria, familiares y amigos iniciaron el doloroso camino de múltiples gestiones y trámites legales procurando dar con el paradero de Michelle y, después, para identificar a sus torturadores y victimarios y exigir justicia. Cabe destacar que cuando Augusto Pinochet fue detenido en Londres, una de las víctimas incluidas en la orden de detención del juez Garzón fue Michelle, quien aparecía como ciudadana francesa.

El Partido Socialista ha honrado de diversas maneras su memoria y también sus compañeros de la UTE.

Querida Michelle: guardaré por siempre tu recuerdo y me cabe el grande y emocionado honor de haber conocido tu amistad y tu afecto. Quisiera abrazarte con todo el cariño y admiración que sentí y siento por ti. Que estas líneas contribuyan modestamente a atesorar la memoria de tu vida fulgurante

por Luis Cifuentes Seves

_________________

Agradecimientos: A Patricia Abarzúa, Marisol Bravo y Aileen Griffith por sus aportes a este artículo. Cualquier error u omisión es de mi exclusiva responsabilidad.

Santiago de Chile, 7 de enero 2022
Crónica Digital


43 años después: justicia condena a 6 ex agentes DINA por desaparición de cúpula PS en dictadura

Fuente :elmostrador.cl, 18 de Diciembre 2018

Categoría : Prensa

43 años después: justicia condena a 6 ex agentes DINA por desaparición de cúpula PS en dictadura

Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, Manuel Andrés Carevic Cubillos, Gerardo Ernesto Urrich González, Miguel Krassnoff Martchenko y Juvenal Alfonso Piña Garrido, recibieron condenas de primera instancia por el secuestro calificado de los 11 integrantes del Comité Central del Partido Socialista en 1975. Entre las víctimas aparecen Michelle Peña Herreros, embarazada al momento de su detención, y Carlos Lorca Tobar, considerado el mentor político de Michelle Bachelet.

Seis ex miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) fueron condenados por el ministro en visita Miguel Vázquez Plaza en la causa por la desaparición de 11 integrantes del Comité Central del Partido Socialista, a manos del órgano represor de la dictadura de Augusto Pinochet.

En su resolución, el magistrado condenó por la figura de secuestro calificado a Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, Manuel Andrés Carevic Cubillos, Gerardo Ernesto Urrich González, Miguel Krassnoff Martchenko y Juvenal Alfonso Piña Garrido, a penas de entre 12 a 20 años de presidio por los hechos ocurridos en distintas fechas de 1975, en la Región Metropolitana.

Todos los condenados, salvo Juvenal Alfonso Piña Garrido, se encuentran recluidos en el penal de Punta Peuco. Además, el ministro decretó la absolución del agente Jorge Madariaga Acevedo.

En el aspecto civil, el fallo acogió las demandas deducidas, ordenando al Estado de Chile pagar indemnizaciones por $80 millones y $150 millones a familiares de las víctimas.

Michelle Peña y Carlos Lorca
En la etapa de investigación, el ministro en visita logró establecer que las detenciones de los integrantes del Comité Central del PS comenzaron el 4 de marzo de 1975 con la captura de Alfredo Rojas Castañeda, hasta los últimos días de diciembre, cuando los agentes de la DINA arrestaron a Jaime Eugenio López Arellano.

Entre las víctimas aparecen Michelle Marguerite Peña Herreros, embarazada al momento de su detención, quien fue detenida entre el 20 y el 25 de junio en el sector de Villa Las Rejas, siendo trasladada al recinto de Villa Grimaldi, último lugar donde fueron vistos con vida los militantes.

Otro de los detenidos fue Carlos Enrique Lorca Tobar, considerado el mentor político de la ex Presidenta Michelle Bachelet. Fue capturado el 25 de junio de 1975, por agentes de la DINA en calle Maule, comuna de Santiago, y también trasladado a Villa Grimaldi.

El detalle de las condenas
Los condenados por estos hechos son:

Raúl Eduardo Iturriaga Neumann a la pena de 20 años de presidio efectivo, como coautor de los delitos de secuestro calificado de Alfredo Rojas Castañeda, Michelle Marguerite Peña Herreros, Ricardo Ernesto Lagos Salinas, Mireya Herminia Rodríguez Díaz y Exequiel Ponce Vicencio.

Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo y Manuel Andrés Carevic Cubillos deberán purgar 18 años de presidio, como coautores de los secuestros calificados de Alfredo Rojas Castañeda, Adolfo Ariel Mancilla Ramírez, Michelle Marguerite Peña Herreros, Ricardo Ernesto Lagos Salinas, Exequiel Ponce Vicencio, Mireya Herminia Rodríguez Díaz, Carlos Enrique Lorca Tobar, Modesta Carolina Wiff Sepúlveda, Rosa Elvira Soliz Poveda, Sara de Lourdes Donoso Palacios y Jaime Eugenio López Arellano.

A Gerardo Ernesto Urrich González, el ministro lo condenó a 16 años de presidio efectivo, como coautor de los delitos de secuestro calificado de Michelle Marguerite Peña Herreros, Ricardo Ernesto Lagos Salinas, Exequiel Ponce Vicencio, Mireya Herminia Rodríguez Díaz, Carlos Enrique Lorca Tobar, Modesta Carolina Wiff Sepúlveda, Rosa Elvira Soliz Poveda, Sara de Lourdes Donoso Palacios y Jaime Eugenio López Arellano.

Miguel Krassnoff Martchenko deberá cumplir 15 años y un día de presidio, en calidad de autor de los delitos de secuestro calificado de Alfredo Rojas Castañeda y Exequiel Ponce Vicencio; y Juvenal Alfonso Piña Garrido, 12 años de presidio, como coautor de los secuestros calificados de Alfredo Rojas Castañeda, Michelle Marguerite Peña Herreros, Ricardo Ernesto Lagos Salinas, Mireya Herminia Rodríguez Díaz y Exequiel Ponce Vicencio.


Lugar de nacimiento , España luego inscrita en TOLOUSSE FRANCIA

Fuente :Certificado Nacimiento registro civil chile – cronicadigital.cl

Categoría : Otra Información

Michele Peña Herreros   Lugar de nacimiento España y luego inscrita en TOLOUSSE, FRANCIA
Inscripcion practicada conforme al Art. 12 de
la Ley 11.987 para Extranjeros Residentes , registro civil  Oficina Recoleta Santiago Chile

Hija de una exiliada española de la guerra civil, tenía las nacionalidades francesa y española. Fue inscrita como hija de sus abuelos Gabriel Peña y Micaela Herreros. Su madre, Gregoria Peña Herreros, tenía 15 años a la fecha de su embarazo. Su padre, Roger Icart, era dos años mayor, hijo de una familia francesa acomodada. Dado que ambos eran menores de edad, la familia Icart se opuso a que se casaran. Gregoria y Roger vivían en el pueblo de Lezat sur Leze y la joven se mudó a Toulouse, donde nació su hija.Michelle creció creyendo que su madre era su hermana mayor. Llegó a Chile en 1951 y recién a los cinco años de edad le fue revelada la verdad de su origen. Su infancia y adolescencia transcurrieron en un círculo de refugiados españoles que hablaban de la guerra civil (1936-1939) y entonaban las canciones de la República, que ella aprendió y cantaba con entusiasmo.

Su enseñanza básica la hizo en una escuela pública y la media, en el Liceo de Niñas No. 1, Javiera Carrera, donde fue activa en la organización estudiantil, como dirigenta de curso y organizadora de la primera convención de estudiantes para crear los estatutos del Centro de Alumnas. Participó también en la organización del primer Festival de la Canción del Liceo. En este periodo se hizo amiga muy cercana de Patricia Abarzúa y Aileen Griffith, quienes compartían su entusiasmo.

En 1967 ingresó a la Universidad Técnica del Estado (UTE), Sede Antofagasta, a estudiar ingeniería eléctrica. Al año siguiente se trasladó a Santiago a continuar estudios en la misma carrera.

Militó en la Juventud Socialista (JS), donde de inmediato se destacó. En las palabras de su madre, Michelle era “alegre, inteligente, especialmente hábil y rápida para las matemáticas… pero prefería leer, escuchar música y tocar guitarra”. Era “alta, fornida, de tez blanca, ojos muy grandes de color café, expresivos y de mirada firme, la nariz respingona. Hablaba con sus manos y con sus gestos, era muy discutidora y no se quedaba callada frente a las injusticias sociales”. 

Como consecuencia de estas virtudes y de manera inusual, a fines de su primer año de estudios en Santiago fue designada candidata a delegada estudiantil ante el Honorable Consejo Universitario de la UTE en representación de los estudiantes de Ingeniería de Ejecución de las nueve Sedes universitarias: Antofagasta, Copiapó, La Serena, Santiago, Talca, Concepción, Temuco, Valdivia y Punta Arenas.

El movimiento por la Reforma Universitaria había tenido grandes avances en la UTE: en octubre de 1967 se había constituido una Comisión de Reforma con participación estudiantil, la primera en Chile, y en agosto de 1968 habíamos elegido rector, en claustro pleno de profesores y estudiantes, a don Enrique Kirberg, militante comunista y candidato de la Reforma.

Fue en estas circunstancias que conocí a Michelle, dado que yo fui su contendor, en representación de las Juventudes Comunistas (JJCC, la Jota), en esas elecciones. Yo la ubicaba de vista, así como a su amiga de liceo, Patricia Abarzúa. Paty era también militante de la JS y había ingresado a la UTE en 1967. Hacia fines de 1968 entablé un contacto más cercano con ambas.

En algún momento, Michelle se acercó a mí con una pregunta: “No conozco las Sedes provinciales. ¿Tú las conoces?”. Como dirigente de la Jota en la UTE, me había correspondido visitar la mayoría de las Sedes y estaba enterado del avance de la Reforma en cada una de ellas.

Ofrecí entonces entregarle esta información, lo que ella acogió con agrado. Nos fuimos a una de las salas de estudio de la Escuela de Ingenieros Industriales y allí le compartí mi mirada de la situación sede por sede. Nos juntamos dos veces. Michelle anotaba todo lo que yo le contaba y hacía muy buenas preguntas. De vez en cuando intercambiábamos bromas. Desde entonces se forjó una amistad muy sincera y de gran afecto.

A los pocos días, fue a buscarme al departamento donde yo estudiaba y, con una luminosa sonrisa, dijo: “¿Sería mucha frescura proponerte que fuéramos juntos Sede por Sede presentando nuestras candidaturas ante los estudiantes?”.

Su propuesta me sorprendió como una gran demostración de confianza, pero debí responderle: “Me encantaría hacer lo que propones, pero hay un problema: yo no voy a hacer campaña. En la mayoría de las Sedes me conocen y en otras, la Jota hará el trabajo de dar a conocer mi postulación por medio de carteles y otros medios”.

Michelle pareció asombrada ante mi respuesta, pero la aceptó sin problema. Pues bien, la elección se realizó.  En Santiago, donde era muy valorada, obtuvo una alta votación, pero no ocurrió lo mismo en las sedes provinciales. Fue la primera en felicitarme por mi victoria y nuestra amistad quedó bien asentada. De allí en adelante nos saludábamos de abrazo y beso en la mejilla y conversábamos cariñosamente cada vez que nos encontrábamos en los interminables corredores y antiguos vericuetos del campus de la UTE.

En 1969 tuvo lugar un gran acontecimiento estudiantil: el 7º Congreso de la Federación de Estudiantes de la UTE (FEUT), realizado en la Sede de Antofagasta, en el que participaron 2 mil estudiantes provenientes de todas las sedes. Fue una cruzada masiva por discutir la problemática más trascendente a nivel universitario, nacional y mundial, enriquecida por una ocupación cultural de la ciudad de Antofagasta en la que el estudiantado de la UTE presentó sus conjuntos musicales, de teatro, de danza, circos estudiantiles, brigadas muralistas, etc. y donde fuimos acogidos por el alcalde de la ciudad, Germán Miric.

Michelle y yo fuimos delegados al congreso y, como se sabía que éramos amigos, se nos encargó el trabajo de “coordinar” acciones entre las juventudes socialista y comunista a objeto de minimizar los problemas que a veces surgían entre ambas organizaciones.

Si bien estaba claro que la unidad de la izquierda y la posible conquista de un gobierno popular (que se conseguiría al año siguiente con la candidatura de Allende) tenían como columna vertebral a la unidad socialista-comunista, entre ambas organizaciones juveniles existía una rivalidad que de tanto en tanto adquiría toques de sectarismo de ambas partes.

No recuerdo hasta qué punto la “coordinación” tuvo carácter oficial, pero Michelle y yo la cumplimos religiosamente y nos reuníamos a diario a conversar acerca de problemas que surgían en las comisiones y a proponer medidas para resolverlos. Nunca vi en ella actitudes sectarias.

Al año siguiente (1970), Michelle encabezó un esfuerzo por conseguir que la JS conquistara la presidencia del Centro de Alumnos del Grado Oficios (enseñanza media técnica dependiente de la UTE), que culminó exitosamente cuando el militante socialista Juan Carlos Ruiz se impuso a Hugo Munizaga, candidato de las JJCC. Después del golpe de Estado, ambos dirigentes fueron presos políticos en el campo de concentración de Chacabuco. 

En 1969 me convertí en profesor a jornada completa de la UTE, lo que incidió en que comencé a ver a Michelle con menor frecuencia y, desde fines de 1970, perdí todo contacto con ella. Esto se debió tanto a mi nueva dedicación profesional como al hecho de que ella comenzó a emplear una mayor fracción de su tiempo en actividades extra universitarias. Durante sus años de estudiante, Michelle trabajó en el Instituto Chileno-Vietnamita de Cultura y en el Chileno-Checoeslovaco de Cultura y también apoyando al sindicato de Mademsa y como secretaria del interventor de Cristalerías Chile. Su dedicación política y laboral hizo que no le fuera posible finalizar sus estudios en la UTE.

En marzo de 1973, Michelle y sus amigas Patricia Abarzúa y Marisol Bravo, todas militantes socialistas, emprendieron un viaje de vacaciones al Norte de Chile, que dejó muchas anécdotas, disfrutaron a plenitud y que marcó una suerte de despedida a la normalidad de las vidas de las tres jóvenes, que pocos meses después se vería profundamente alterada por el golpe de Estado.

El 11 de septiembre del 73, Michelle estuvo en su trabajo en Cristalerías Chile. En los meses que siguieron, ya desatada la salvaje represión dictatorial, algunos de sus cercanos le advirtieron que, en su condición de activista reconocida, corría peligro de muerte y le propusieron que aprovechara sus nacionalidades francesa y española para exiliarse en Europa. Ella se negó, aduciendo que la dictadura era tan aberrante que no podía durar mucho tiempo.

A partir de febrero de 1974, Michelle inició un periplo de supervivencia en la clandestinidad. Vivió en varias casas de seguridad con distintas personas, sin que yo haya podido establecer a ciencia cierta los tiempos, la secuencia ni otros detalles.

  • Casa en calle Nueva Uno, Paradero 24 de la Gran Avenida que pertenecía a una tía de Michelle. Allí ella habría conocido al dirigente socialista Ricardo Lagos Salinas, cuya familia se había exiliado en Alemania. Compartieron esa casa con Patricia Abarzúa, Marisol Bravo y Carlos Lorca durante cerca de un año. Lagos Salinas y Carlos Lorca eran altos dirigentes del PS.
  • Departamento en la Villa Olímpica, junto a Lagos Salinas, durante dos meses.
  • Pensión en Tocornal 557 junto a Lagos Salinas.
  • Casa en calle Santa Laura, Plaza Chacabuco, de un hermano de Paty Abarzúa. Michelle estuvo varias veces en esta casa.
  • Casa de Aileen Griffith (Luis Zegers 772, Las Condes), con Lagos Salinas. Para entonces, Michelle ya tenía un embarazo avanzado (1975).
  • Casa en Tiros 122, Villa Japón (Las Rejas), donde Michelle habría sido detenida en junio de 1975.

Diversos testimonios sugieren que la persona que cuidó de la seguridad de Michelle en el periodo previo a su detención fue Juan Carlos Ruiz, quien se encargó de encontrarle casas de seguridad y también de conseguirle transporte de un sitio a otro.

Posteriormente, la madre de Michelle, Gregoria, declaró que su casa había sido vigilada desde 1974 por agentes de civil buscando a su hija. Poco antes de la detención de Michelle, su madre se reunió con ella en el Drugstore de Providencia, advirtiendo su avanzado estado de embarazo. Durante ese encuentro, la presionó para que se asilara en la embajada de Francia, pero Michelle se negó. En junio del 75, Gregoria recibió una llamada anónima diciéndole “tu hija ya cayó”. Se supone que esta comunicación provino de agentes del Estado.

El 22 de junio, Juan Carlos Ruiz, llorando, contó a Marisol Bravo que había ido a la casa de Villa Japón y había encontrado todo destrozado, señal de que Michelle, y tal vez otras personas, habían sido detenidas. Marisol llamó a Gregoria esa noche, dándole la noticia.

Por recuentos de testigos se sabe que Lagos Salinas y Michelle fueron llevados a Villa Grimaldi y torturados. Gregoria recibió información de que su hija había sido ingresada en el Hospital Militar y que le pedía ropa y libros. Luego le comunicaron que había sido trasladada al Hospital de la Fuerza Aérea, que contaba con una Maternidad; también mencionaron la Clínica Santa Lucía.

Una persona, que se supone era enfermera del Hospital Militar, llamó a Gregoria para decirle que el hijo de Michelle había nacido y era hombre. Otra versión se originó en una militante del MIR, quien declaró que, a comienzos de julio de 1975, vio en Villa Grimaldi a Michelle, quien entre sollozos le habría contado que el hijo que esperaba había muerto a causa de las torturas sufridas. 

Gregoria, familiares y amigos iniciaron el doloroso camino de múltiples gestiones y trámites legales procurando dar con el paradero de Michelle y, después, para identificar a sus torturadores y victimarios y exigir justicia. Cabe destacar que cuando Augusto Pinochet fue detenido en Londres, una de las víctimas incluidas en la orden de detención del juez Garzón fue Michelle, quien aparecía como ciudadana francesa.

El Partido Socialista ha honrado de diversas maneras su memoria y también sus compañeros de la UTE.

Querida Michelle: guardaré por siempre tu recuerdo y me cabe el grande y emocionado honor de haber conocido tu amistad y tu afecto. Quisiera abrazarte con todo el cariño y admiración que sentí y siento por ti. Que estas líneas contribuyan modestamente a atesorar la memoria de tu vida fulgurante.

Agradecimientos: A Patricia Abarzúa, Marisol Bravo y Aileen Griffith por sus aportes a este artículo. Cualquier error u omisión es de mi exclusiva responsabilidad.


Michelle Peña Herreros

Fuente :memoriasantalucia162.cl sin fecha

Categoría : Otra Información

Michelle, de 27 años de edad,  militante del PS, estudiante de tercer año de Ingeniería en la Universidad Técnica del Estado.  Estaba embarazada de más de 8 meses el día de su detención, el 20 de junio de 1975 por Agentes de la DINA junto a su compañero Ricardo Lagos Salinas, miembro de la Comisión Política del PS, también detenido desaparecido. Fueron conducidos al centro de torturas de Villa Grimaldi. En junio del mismo año, le informaron a su madre doña Gregoria Peña que habría sido llevada al Hospital de la FACH o al Hospital Militar para dar a luz. Nunca se ha comprobado si su hijo nació vivo, ni el paradero de Michelle y Ricardo. En el proceso un sargento y enfermero que trabajaba en la Ex Clínica Santa Lucía declaró: “hacia fines de junio del 75 llegó a la Clínica Santa Lucía una mujer, en avanzado estado de gravidez, a punto de dar a luz. Recuerdo que fue atendida por un médico que podría haber sido Leyton, Fantuzzi, Bravo o Muñoz, los doctores de la Brigada de Sanidad de la DINA que estaban en la Clínica ese día”. Michelle fue devuelta a Villa Grimaldi, en donde continuaron torturándola. En su celda en Villa Grimaldi, Michelle escribió: “Yo estuve aquí. Michelle Peña. Agosto 1975”.


Corte ratifica condena a cinco ex agentes de la DINA por secuestro y desaparición de la dirección clandestina del Partido Socialista durante la dictad

Fuente :elciudadano.com 2021

Categoría : Prensa

La sala presidida por la ministra Jenny Book Reyes e integrada por las ministras Verónica Sabaj Escudero y Paula Rodríguez Fondón ratificó el fallo dictado por el ministro en visita para causas de derechos humanos Miguel Vázquez por el secuestro y desaparición de once militantes socialistas, entre marzo y diciembre de 1975.

La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó fallo de primera instancia y condenó a los ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, Miguel Krassnoff Martchenko, Raúl Iturriaga Neumann, Rolf Wenderoth Pozo, Manuel Carevic Cubillos y a Juvenal Piña, a 15 años y un día de presidio  mayor en su grado mínimo, como autores de secuestro calificado de once ex dirigentes  del Partido Socialista y miembros de la dirección clandestina de la colectividad, hechos ocurridos en 1975. De esta manera la Sala, presidida por la ministra Jenny Book Reyes e integrada por las ministras Verónica Sabaj Escudero y Paula Rodríguez Fondón, confirmó el fallo dictado por el ministro en visita para causas de derechos humanos Miguel Vásquez en 2018, pero aplicando, en algunos de los casos, la atenuante de irreprochable conducta anterior, rebajado las penas de Iturriaga Neumann, de 20 a 15 años; a Rolf Wenderoth Pozo, quien venía con condena de 18 años y a Manuel Carevic se le rebajó en un año, de 16 a 15. Mientras que a Miguel Krassnoff se le mantuvo la misma pena y a Juvenal Piña se le aumentó de los 12 a los 15 años.

El fallo, además, confirma los sobreseimientos de Manuel Contreras, Marcelo Moren Brito, Basclay Zapata, Osvaldo Romo, Gerardo Urrich, Jorge Germán Barriga, Eugenio Fieldhouse y Jorge Madariaga por estar fallecidos. Todos estaban procesados en la causa por su participación en los hechos.

Para Nelson Caucoto, uno de los abogados querellantes en el caso «comienza a concluir una investigación judicial de larga data.  Desgraciadamente sin encontrar los cuerpos de las víctimas, lo que demuestra la eficacia brutal de la desaparición forzada empleada por la DINA.   Este proceso criminal demuestra la cara más dura  de la política de  exterminio desarrollada por la dictadura”, sostuvo.A juicio del abogado “lo importante es que la Corte de Apelaciones no aplicó la media prescripción, lo que permitió que en rasgos generales se mantuvieran las penas del ministro Miguel Vásquez”, pese a ello, agregó el abogado “tenemos dudas por la rebaja de penas luego de acogerse la atenuante de la irreprochable conducta anterior, creemos que no procedía”.De acuerdo a la investigación, se trata del secuestro con desaparición de once jóvenes militantes socialistas, cuyas edades fluctuaban entre los 24 y 39 años.  Los hechos se habrían registrado entre marzo y diciembre de 1975, fechas en que se reprime brutalmente por parte de la DINA a la dirección clandestina del PS, post golpe de Estado, la que estaba compuesta por Exequiel Ponce Vicencio, Carlos  Lorca Tobar, quien era diputado en ejercicio a la fecha de su desaparición;  Ricardo Lagos Salinas, Adolfo Mancilla Ramírez y Jaime López Arellano, se detiene a sus enlaces Michelle Peña Herreros, Mireya Rodríguez Díaz, Modesta Carolina Wiff Sepúlveda, Rosa Solíz Poveda, Sara Donoso Palacios, y el ex director de Ferrocarriles del Estado  Alfredo Rojas Castañeda. Cabe señalar que para este caso el ministro Vásquez, en el desarrollo de su investigación,  tomó declaración a un centenar de ex militantes de la colectividad, entre ellas a la ex presidenta Michelle Bachelet, quien estuvo detenida en Villa Grimaldi. 

 

 


Universidad otorga 39 títulos de gracia a ejecutados políticos y detenidos desaparecidos del Plantel

Fuente :usach.cl 16/3/2017

Categoría : Prensa

  • Ceremonia, que se desarrollará en el Aula Magna este viernes (6), es una de las actividades de mayor simbolismo que realizará nuestra Casa de Estudios, en el marco del programa de Conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado. Tras esta primera entrega de diplomas, se descubrirá una placa recordatoria en el patio de la ex Escuela de Artes y Oficios, con los nombres de las víctimas.
  • Este viernes 6 de septiembre, a las 11.30 horas y en solemne ceremonia, nuestra Casa de Estudios concederá por gracia y en forma póstuma y simbólica, los títulos universitarios profesionales, a 39 estudiantes detenidos desaparecidos o ejecutados políticos durante la dictadura militar.

    Emilio Daroch, presidente de la Corporación Solidaria UTE-Usach, gestor de esta iniciativa, explicó que esta Universidad fue un lugar donde la dictadura aplicó con más fuerza la violencia a los largo de los años, especialmente en sus inicios el mismo 11 de septiembre de 1973, y hasta fines de la década de los años ’80.

    Esta iniciativa cobra sentido como una forma de desagraviar a personas que durante su participación como estudiantes en la comunidad universitaria sufrieron las consecuencias de la dictadura, como los casos emblemáticos de Gregorio Mimica en 1973 y el dirigente estudiantil,Mario Martínez,asesinado a fines de los ‘80.

    Mimica fue detenido en septiembre de 1973 junto a más de mil personas en el  allanamiento a la UTE. Fueron trasladados al ex Estadio Chile (actual Víctor Jara) y poco después salió libre, pero cuando llegó a su casa, inmediatamente volvió a ser detenido por una patrulla militar que lo llevó de regreso a la Escuela de Artes y Oficios, donde fue interrogado. Su paradero fue desconocido por 37 años hasta que en abril de 2011 sus restos fueron encontrados en el Patio 29 del Cementerio General.La historia de la muerte de Mario Martínez, en cambio, sucedió 13 años después del Golpe de Estado, cuando era secretario de Finanzas de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago y se encontraba investigando la presencia de agentes de seguridad de la dictadura infiltrados en el campus. El 4 de agosto de 1986 su cuerpo fue encontrado en la costa de Santo Domingo.

    “Sin duda que se abre una herida”,  sostiene Daroch, pero “queda un sentimiento de que se hace un poco de justicia. Nos sentimos profundamente emocionados por entregar estos títulos simbólicos y mostrar que se pudo cumplir este sueño”.

    En la ceremonia,  serán sus familiares quienes recibirán los diplomas. “Estuvimos en permanente contacto con las familias de algunos compañeros desaparecidos, pero hubo dos o tres casos en que no pudimos encontrar a nadie”, lamentó Emilio Daroch, quien explicó que la de este viernes será la primera entrega de títulos, ya que hay antecedentes de más ejecutados o desaparecidos en el periodo. “Este proceso no se ha cerrado, estos son los casos que se pudo acreditar, pero aún falta hilar fino y buscar antecedentes que en muchos casos no se encontraron en la Universidad. Esperamos realizar otra titulación como ésta, más adelante”.La lista de estudiantes que recibirán sus titulos en forma póstuma, está compuesta por Rafael Araneda Yévenes, Jorge Aravena Mardones, Jaime Buzzio Lorca, Ricardo Campos Cáceres, Claudio Contreras Hernández, Renzo Contreras Jorquera, Juan Elías Cortés Alruiz, Manuel Cortéz Joo, Alfonso Díaz Briones, Antonio Elizondo Ormaechea, Óscar Fuentes Fernández, Luis González Mella, Francisco González Ortiz, Patricio Guarategua Quinteros, René Lucero Muñoz, Zacarías Machuca Muñoz, Rafael Madrid Gálvez, Juan Bosco Maino Canales, Adolfo Mancilla Ramírez, Agustín Martínez Meza, Mario Martínez Rodríguez, Gregorio Mimiça Argote, Eugenio Montti Cordero, Leopoldo Muñoz Andrade, Ramón Núñez Espinoza, Eduardo Ojeda Disselkoen, Fernando Olivares Mori, Pedro Oyarzún Zamorano, Michelle Peña Herreros, José Peña Maltés, José Manuel Ramírez Rosales, Enrique Reyes Manríquez, Hugo Ríos Videla, Ricardo Rioseco Montoya, Carlos Santibáñez Romero, Carlos Terán de la Jara, Jaime Vásquez Sáenz, Jecas Nehgme Cristi y Francisco Viera Ovalle.

    El acto, que será presidido por el rector Juan Manuel Zolezzi, se llevará a efecto en el Aula Magna del Plantel, el viernes 6, a las 11.30 horas. Posteriormente, en el patio de la ex Escuela de Artes y Oficios, se descubrirá una placa recordatoria.
     


Instalarán memorial en homenaje a dirigentes secuestrados y desaparecidos por la DINA

Fuente :adprensa.cl 18/3/2019

Categoría : Prensa

A pesar de la certeza que tenían sus familiares y amigos, sólo a fines del 2018 la justicia chilena confirmó, en el fallo del juez Miguel Vásquez, que fueron agentes del estado quienes secuestraron e hicieron desaparecer a diez de los máximos dirigentes del Partido Socialista, quienes integraron la dirigencia clandestina del PS: el dirigente portuario y de la CUT Ezequiel Ponce, al dirigente Ricardo Lagos Salinas, al diputado por Valdivia Carlos Lorca Tobar, el constructor civil Ariel Mancilla Ramírez, la asistente social Carolina Wiff Sepúlveda, Rosa Solíz, Sara Donoso, y Michelle Peña Herreros.
Como una forma de honrar su memoria es que este sábado 23 de marzo se instalará una placa memorial en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, en un acto público abierto a toda la comunidad.
Los homenajeados estuvieron recluidos en Villa Grimaldi luego de lo cual varios fueron trasladados a Colonia Dignidad donde habrían sido asesinados a fines de 1977 y sus restos eliminados y arrojados a los cursos de agua que atraviesan dicho lugar.
“Se trata de héroes y heroínas del Pueblo de una sólida formación intelectual y dilatada experiencia política, tenaces defensores del proceso revolucionario de la Unidad Popular que no vacilaron en resistir la dictadura desde el mismo 11 de Septiembre y que pronto fueron capaces de trazar una línea política que permitiese orientar la acción en tan difícil circunstancias y dar una perspectiva estratégica a las luchas de la resistencia”, señaló Jaime Loca, presidente del El Centro de Formación Memoria y Futuro y hermano de Carlos Lorca.
Prueba de este despliegue estratégico, destacó Lorca, es el “Documento de Marzo”, redactado en el verano de 1974 y que se publicó dicho mes. Este texto plantea una estrategia de lucha por la democracia, con perspectiva socialista, junto con afirmar la necesidad de buscar la mas amplia alianza en defensa de la vida, contra el terrorismo de Estado, por la defensa de los derechos políticos y sociales.


Michelle Marguerite Peña Herreros

Fuente :pschile.cl sin fecha

Categoría : Prensa

Michelle Marguerite Peña Herreros, junto a su familia republicana, llegó a Chile desde España, huyendo del franquismo y de las privaciones que había provocado la Segunda Guerra Mundial. Su madre, Gregoria Peña, el 4 de febrero de 1939 cruzó Los Pirineos, junto a otros familiares, todos activos militantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La Guerra Civil había terminado y aquellos que habían combatido defendiendo la República escapaban desesperados a través de las montañas. Sólo entre las últimas semanas de enero y principios de febrero de ese año, cerca de 500.000 españoles cruzaron los pasos de Los Pirineos en dirección a Francia.

Huyendo de un destino incierto, los republicanos depositaron su esperanza en el país vecino, una tierra con tradición de asilo y cuna además de los Derechos del Hombre. Pero las autoridades francesas nada habían previsto al respecto, pese a que la derrota republicana era inminente. Por ello Gregoria -al igual que otros miles de españoles- pasó días y noches enteras a la intemperie, soportando el frío y el hambre, a la espera de su turno para cruzar la frontera. Al otro lado los esperaban los campos de refugiados y luego el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Las condiciones de vida en esos campos serían especialmente duras para los republicanos españoles: frecuentemente no eran más que playas desnudas sin mayores refugios para guarecerse del frío, sin medidas de higiene, sin medicamentos ni agua potable.

Así vivió Gregoria sus primeros días como refugiada en tierra francesa, hasta que logró trasladarse a Toulouse. A la edad de 16 años, quedó embarazada de un joven soldado francés, que no estuvo dispuesto a reconocer a su hija ni a darle su apellido. Michelle, la hija de Gregoria y de aquel conscripto galo, nació en Toulouse el 27 de julio de 1947. En 1952, Gregoria decidió viajar a Chile con Michelle y los abuelos de la niña, para reunirse con una de sus tías y el marido de esta, que años anteriormente habían logrado embarcarse en el Winnipeg, el barco que trajo a decenas de familias españolas que huían de la persecución y de las cárceles franquistas.

Michelle Peña Herreros.

Michelle creció rodeada de refugiados españoles, oyendo los relatos de la guerra civil, las canciones republicanas y compenetrándose de los ideales de justicia e igualdad que aquel peculiar ambiente familiar le transmitía. De esa niña, que también entonaba el “Ay Carmela” a todo pulmón, Gregoria recuerda su gusto por la lectura y por la música, su carácter alegre y lo mañosa que era a la hora de las comidas. Gregoria añade que Michelle “amenazaba con vomitar y lo hacía”. También recuerda que “era inteligente, especialmente hábil y rápida para las matemáticas, pero floja para estudiar. En cambio, prefería leer, escuchar música y tocar guitarra”. Según su madre, Michelle era “alta, fornida, de tez blanca, ojos muy grandes de color café, expresivos y de mirada firme, la nariz respingona. Hablaba con sus manos y con sus gestos, era muy discutidora, no se quedaba callada frente a las injusticias sociales. Tenía carácter alegre y amistoso, rabioso y apasionado, a pesar de que fácilmente abandonaba lo que empezaba. Fumaba un cigarrillo tras otro y era extremadamente generosa. Había tenido tres pololos, todos ellos más pobres y necesitados que ella”.

Siempre vivió en Santiago. Su enseñanza secundaria la cursó en el Liceo Nº 1 de Niñas, donde se hizo muy cercana a Aileen Grifitth. Esta conserva un nítido recuerdo de esos años en la enseñanza secundaria: “con Michelle nos conocimos en el año 1965, estando yo en el cuarto y ella en el quinto año de humanidades. El contexto de nuestra amistad surgió al calor de nuestras afinidades e inquietudes sociales. Recuerdo que nos hicimos amigas participando en las actividades del Centro de Alumnas, mientras intentábamos redactar –cosa que hicimos- un reglamento que permitiera a las alumnas hacer uso del derecho a huelga”. Las jóvenes amigas se dejaron de ver al salir del liceo. Aileen se fue al Pedagógico de la Universidad de Chile en Valparaíso y Michelle, a petición de su madre, partió a estudiar en el campus Antofagasta de la Chile.

En 1968, Michelle y Aileen se reencontraron. Aileen recuerda que “esa vez, en el marco de unos actos por la Primavera de Praga, viajé de Valparaíso a Santiago con un compañero de las JJCC, organización en la que yo militaba, porque estábamos organizando un festival de cine checo. Fuimos a una dependencia de la Embajada de Checoslovaquia, en la calle San Antonio, tocamos el timbre y nos abrió, para gran sorpresa mía, la Michelle. Ella estaba trabajando allí, no sé si desde su militancia, o remuneradamente, pero de inmediato nos facilitó las películas que andábamos buscando. Fue un precioso reencuentro”.

Ese mismo año, la vocación matemática de Michelle la había hecho a regresar a Santiago, para preparar su ingreso a Ingeniería Eléctrica, lo que hizo en marzo de 1969, en la Universidad Técnica del Estado. Mientras, colaboraba activamente con las actividades culturales de las embajadas de Vietnam y Checoslovaquia. Durante el Gobierno de la Unidad Popular, Michelle alternó sus estudios con actividades laborales en el Instituto Chileno–Vietnamita de Cultura –en donde se desempeñó como bibliotecaria– y como secretaria del sindicato de Cristalerías Chile, en el Cordón Vicuña Mackenna

También colaboró en varias iniciativas del Instituto de Estudios Sociales de América Latina (INESAL), una suerte de think tank y centro de formación política vinculado al PS, en donde conocería al joven dirigente Ricardo Lagos Salinas.

Militante clandestina

Después del golpe, Michelle se integró al trabajo del PS en la clandestinidad, colaborando, activamente en las redes y grupos de apoyo que protegían al ex diputado Carlos Lorca y al joven dirigente Ricardo Lagos Salinas, que integraban la cúpula del PS en la clandestinidad.

Pronto, Michelle comenzó a ser buscada por los órganos represivos de la Junta Militar. Su madre recuerda que desconocidos de civil vigilaban diariamente y a toda hora la fuente de soda que mantenía frente al edificio de las Fiscalías Militares en calle Gálvez (hoy Zenteno) Nº 143, donde antes había funcionado el diario “Clarín”. Su evidente propósito era capturar a Michelle y los que eventualmente le acompañaran. La primera vez fue en septiembre de 1974. Los agentes se identificaron como militares y preguntaron por la joven. Al no encontrarla, estuvieron alrededor de quince días vigilando el lugar.

Michelle, sin embargo, desde antes del golpe se había mudado a un pequeño departamento en el Barrio Bellas Artes, el que también se vio en la obligación de abandonar cuando debió pasar a la clandestinidad.

Luego de pasar algunos meses en un departamento en Avenida República, Michelle se mudó  a una pequeña casa en la calle Nueva Uno, en el paradero 24 de la Gran Avenida. A ese lugar pronto llegarían a ocultarse Lorca y Lagos Salinas, y ocasionalmente Víctor Zerega, un joven alumno de economía de la Universidad de Chile, que en el último año había dejado sus estudios, para dedicarse de lleno a la organización sindical. Zerega también formaba parte de la dirigencia clandestina del PS y era intensamente buscado por los servicios de seguridad.

Meses más tarde, Mónica Hizaut, una joven militante socialista, recibió el encargo de ocultar, durante unos días, a dos miembros del PS muy cercados por la represión. Sin pensarlo dos veces, convenció a su madre de acoger a los perseguidos en su departamento de la Villa Olímpica, en Ñuñoa. Mónica entonces no lo sabía, pero esos jóvenes, que finalmente estuvieron dos meses en su hogar, eran Ricardo Lagos Salinas y la propia Michelle. Mónica recuerda que Michelle “salía a hacer contactos, redactaba informes, revisaba la prensa y tipeaba documentos”. La joven liceana de entonces no puede olvidar que Michelle también le leía poemas y fábulas en francés y que, en más de una ocasión, le pidió le lavara el cabello con manzanilla.

Hacia comienzos de 1975, las condiciones de subsistencia de los militantes que desafiaban desde las sombras a la dictadura eran dramáticas. La falta de recursos y de casas de seguridad comenzó a gatillar una serie de importantes caídas. Entre ellas, la desaparición de Ariel Mancilla, joven constructor civil y amigo personal de Michelle. Eduardo Muñoz, el liceano que consiguió que Mónica alojara a Michelle y a Lagos Salinas en su departamento, había sido asesinado a mediados del año anterior.

Con ocho meses de embarazo, fue detenida por la DINA el 20 de junio de 1975, junto a Ricardo Lagos Salinas, en una casa de la calle Tiros 122 en la Villa Japón, en el sector de Las Rejas. Su detención y desaparición se inscribió en la operación de la DINA en contra de la Comisión Política del Partido Socialista en la clandestinidad, así como sus enlaces y correos, en junio y comienzos de julio de 1975.

Diez o doce días antes de su secuestro, su madre logró reunirse con ella. El encuentro se hizo en el Drugstore de Providencia. Hacía seis meses que Gregoria no veía a Michelle. Gregoria recuerda que hablaron apenas una hora: “Fue cuando me enteré de que le faltaba muy poco para ser madre. ¿Cómo se te ocurre quedarte embarazada?, la recriminé. Intenté convencerla de que pidiese asilo en la Embajada de Francia (Michelle tenía la nacionalidad francesa). Ya habíamos hecho todos los trámites, pero no aceptó. Pensaba que la dictadura no podría durar demasiado tiempo.

Sin saber aún de la captura de su hija, Gregoria recuerda que a su local comercial llegó –a mediados de junio– “un señor que hizo una compra y luego me dijo que me parecía mucho a una muchacha embarazada que permanecía con vigilancia de la DINA internada en el Hospital Militar. El hombre agregó que trabajaba en ese recinto. Yo dude, pero al final le dije, fingiendo que era por pura humanidad, si podía pedirle a esa niña que me enviara una nota, para ver si podía ayudarla en algo. A los tres días el hombre volvió a mi local, con una nota de puño y letra en donde la chica pedía algo de ropa y unos libros, entre ellos Les Fables de le Fontaine –Las Fábulas de la Fontana-, un libro que ella había leído muchas veces y que era su favorito. Fue una señal cifrada para decirme que estaba en manos de la DINA”. Pese a ello, en múltiples indagatorias, el Hospital Militar negó que alguna mujer de las características de Michelle hubiese ingresado en esas fechas al recinto médico.

La caída

Antes de la captura de Michelle, Aileen Grifitth, su vieja amiga desde la época del Liceo 1, recibió en su casa de Luis Zegers con Martín de Zamora una inesperada visita: Era mayo de 1975, y al abrir la puerta, se encontró con Juan Carlos Ruiz, un viejo amigo de sus años universitarios. “El “Guatón Ruiz  colaboraba con los dirigentes clandestinos del PS y nos preguntó si podíamos recibir a una pareja de compañeros que debía cambiar de lugar de residencia por seguridad. Sin la más mínima duda y orgullosos de ayudar dijimos de inmediato que sí”, recuerda Aileen. Grande sería su sorpresa cuando, al día siguiente,  suena el timbre de su hogar y por segunda vez se encuentra con Michelle, acompañada por Ricardo Lagos Salinas. Aileen recuerda que Michelle “venía con un jumper azul, estaba embarazada, unos 7 meses de embarazo tenía, su guatita era grande. Nos abrazamos, de esos abrazos que se quedan pegados a los huesos por siempre”.

Aileen hasta ahora recuerda nítidamente los días que Michelle y Lagos Salinas pasaron en su hogar: “Había sol, tibio, la cuidé como a una hija, pude regalonearla, podía tomar sol en el jardín, debe haber sido otoño, no recuerdo, le hice comidas ricas para acariciarla, para alimentar a su hijo, conversamos mucho, pero lo que más recuerdo fue la sensación de protección y contención que nos dimos. Fue un regalo para mí, el más preciado”.

Una tarde, al volver de un pequeño paseo junto a uno de sus hijos, al volver a su hogar la joven pareja que ocultó por días ya no estaba. Por razones de seguridad se les había trasladado a una casa en el sector de Las Rejas. Esa noche, Aileen tuvo una pesadilla que resultaría premonitoria: “Desperté muy agitada, vi a Michelle a los pies de mi cama gritándome que le ayudara, estaba ensangrentada, desperté a mi marido, lloré mucho, pero mucho”.

Días después, volvió a sonar el timbre de su casa: “era nuestro amigo, Juan Carlos Ruiz, venía muy angustiado, deshecho. Nos dijo que había ido a ver a Michelle y a Ricardo al lugar donde se habían cambiado, donde encontró todo bestialmente revuelto y ellos ya no estaban…”

La periodista Gladys Díaz Armijo, ex prisionera política del MIR, declaró después que el 2 de julio de 1975, encontró en Villa Grimaldi a Michelle Peña y a Carolina Wiff: “Me dejaron por horas sentada en una banca en el jardín. Como al mediodía me dijeron que fuera a comer algo y me hicieron pasar a otro patio en donde había una mesa con 3 platos, allí condujeron a dos mujeres (…) Las hicieron sentarse a mi lado. Les hablé, desconfiaron y guardaron silencio, una era más morena, pelo corto; la otra de tez muy blanca; nariz respingona. Les expliqué quien era y ellas me dieron nombres que percibí eran al azar. Ambas estaban enflaquecidas tristes y temerosas, especialmente la de tez más blanca. Conversaban entre ellas como ignorándome, pensarían que era una delatora; además no podían verme. Hablaban de Julio, decían que Julio (otro de los nombres políticos usados por Carlos Lorca) estaba muy mal que se quejaba continuamente y que el otro, que supongo sería Exequiel Ponce, estaba algo mejor. Insistí, les dije que era importante que me dieran sus nombres pues yo volvería seguramente a Tres Álamos y que podía informar sobre ellas, que no quería saber más que sus nombres. Entonces una, la de pelo corto y morena, me dijo que se llamaba Carolina y la otra Michelle, no me dijeron sus apellidos. Luego siguieron ignorándome y hablando entre ellas; una comentaba que los guardias le habían dado la ropa de Julio, llena de sangre y que tenían que lavarla. En ese momento los guardias apresurada mente vinieron a buscarme. No las vi más”. Y agregó: “Cuatro o cinco días después, encontrándome en Tres Álamos varios presos políticos fuimos interrogados por una persona del Comité Pro Paz, no sé si era un abogado, quien había entrado en hora de visita y traía ocultas varias fotos de hombres y mujeres. Reconocí a las prisioneras que había visto en Villa Grimaldi. Le di sus nombres, él me dio sus apellidos”.

Vicente Álvarez, sargento 1° y enfermero del Ejército adscrito a la Brigada de Sanidad de la DINA –el equipo de médicos y enfermeras que, dirigido por el doctor Werner Zhangelinni, funcionó en las clínicas Santa Lucía y London, ambas en el centro de Santiago- , en declaración policial realizada el 6 de junio del 2005, afirmó que “hacia fines de junio (del ’75) llegó a la Clínica Santa Lucía una mujer, en avanzado estado de gravidez, a punto de dar a luz. Recuerdo que fue atendida por un médico que podría haber sido Leyton, Fantuzzi, Bravo o Muñoz, los doctores de la Brigada de Sanidad de la DINA que estaban en la clínica ese día”.

Michelle después de esa visita a la clínica de la DINA fue devuelta a Villa Grimaldi, en donde los esbirros de Contreras continuaron torturándola.

Una joven militante del MIR –en declaración jurada realizada el 9 de enero del 2002, en Santiago- señaló haber sido detenida por la DINA a fines de junio de 1975, mientras viajaba en bus entre las ciudades de Concepción y Chillán. Luego de unos días retenida en Colonia Dignidad y en el Regimiento de Talca, fue trasladada a Villa Grimaldi hacia el 3 de julio de ese año. Cuando despertó del letargo –había sido drogada antes de llegar a Santiago- advirtió los quejidos y llantos desgarradores de una joven que estaba en su misma celda. La joven le dio su nombre, le confesó que el hijo que esperaba había muerto a causa de la brutal tortura y que recién la habían traído de vuelta de la “clínica” a la que llevaron después del aborto que le provocó el castigo de sus torturadores. Era Michelle Peña.

Su madre recuerda que durante todo un año la buscaron: “Nos decían que se había ido con otro hombre o al extranjero. Nunca encontré a nadie que me tratara con dignidad. Buscábamos como un ciego que se topa contra una pared”.

Al momento de su detención, Michelle tenía 31 años de edad.