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Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo II

Capítulo XLIX. Gobierno del Maestre de Campo Don Juan de Henriquez - Sale a campaña contra los indios, i piden la paz - Entran piratas en el mar del Sur, i guarnece la ciudad de Valdivia i otros puertos.

El excelentísimo señor conde de Lemos, virei del Perú, en la menor edad del señor don Carlos II puso en noticia de la corte los excesos del gobernador don Francisco de Meneses, i su separacion del gobierno que el consejo o junta de rejencia se sirvió aprobar. I atendiendo a la necesidad que tiene todo pais de un gobernador que sepa mantener el vigor i fuerza de las leyes conservadoras de los estados i reinos, propuso la rejencia a la señora doña María Ana de Austria, reina gobernadora, para el gobierno de Chile al maestre de campo don Juan Henriquez, caballero de la órden de Santiago, natural de la ciudad de Lima, hijo de un ministro de la Real Audiencia. Sirvió veinte años en Nápoles, Flandes i Badajoz con créditos de buen soldado; i siendo prisionero en Portugal con el marques de Veliche intervino en los ajustes de aquel reino, con los de Castilla.

En consideracion o este mérito adornado de una vasta literatura i de gran conocimiento de la jurisprudencia, de que fué insigne profesor, se conformó su majestad con la consulta, i le mandó librar los correspondientes reales despachos en Madrid a 21 de agosto de 1668.

Con ellos se presentó en la ciudad de la Concepcion el 30 de octubre de 1670, i fue admitido a la posesion de su empleo con aquellas demostraciones de alegría que se acostumbran, i otras veces hemos visto. Era de natural humilde, suave i sagaz, relijioso i caritativo; jamas se le presentó la indijencia que no saliese largamente socorrida, i no hubo templo en su extensa gobernacion que no experimentase sus liberalidades. Era bizarro, i ostentoso sin el fastidioso picante de la altanería. Llevó mucha i lucida familia; fueron con el su hermano don Blas i su sobrino don Juan Andrés Henriquez, don Antonio de Córdoba, conde de Bornos, i fue el único que le acompañó en su regreso a España; don Tomás Marin de Poveda, que despues fue gobernador de Chile; i don Jorje Lorenzo de Olivar, que falleció en aquel reino en el empleo de veedor del ejercito. Fue gran político; i por eso, advertido de que nada menos ofende la felicidad, que irrita la soberanía se manifestó siempre condescendiente en el tribunal de la Audiencia i afable en su casa. Era amante de la justicia i jamás hizo causa propia sus determinaciones, ni capricho la declaracion del derecho de los litigantes, i esta cualidad no sirvió de obstáculo para que sus súbditos le amasen.

Concluida la celebracion de su recibimiento, que la hizo mas festiva la noticia de la victoria que ganó a los rebeldes el sarjento mayor Felipe de Leon, i queda referida, i la prision de dos españoles que residian entre los indios, i eran de mucho embarazo para su pacificacion, pasó revista al ejército, i halló dos mil doscientos setenta oficiales i soldados, i cuatrocientos veintinueve indios ausiliares a sueldo del rei. Mantuvo en sus empleos al maestre de campo, sarjento mayor i demas oficiales. Crió la compañía de caballería que denominó de guardias, i la puso al cargo del conde de Bornos, que fué su primer capitan, i aunque el ejercito tuvo muchas mutaciones, no se estinguió hasta el año de 1778.

Puso competente guarnicion en las plazas i fuertes de la frontera, i salió a campaña con el resto de la tropa i ausiliares. Visitó por sí misa no todos los establecimientos de la línea, i las colonias situadas en lo interior del pais ocupado por los indios, que gozan independencia. Puesto el real en la parcialidad de Malleco, envió al comisario de caballería don Luis de Lara i al capitán don Fabian de la Vega para que corriesen todo el pais subandino convidando a sus habitantes con la paz. De allí pasó a la de Angol i Nininco, i practicada la misma dilijencia, encontraron aquellos partidarios muchos caciques que buscaban al gobernador, conducidos de la fama que se habia esparcido de su bellas cualidades; i lo escoltaron hasta Nininco. Corrió la opinion de la bondad del gobernador, i fueron acudiendo otros caciques, i Ayllacuriche, jefe de los sublevados, i que siempre receló de los españoles, se le fue a poner en sus manos. Allí mismo estipuló con ellos la paz en un parlamento jeneral, i se restituyó a la ciudad de la Concepcion (febrero de 1671), con la satisfaccion i la complacencia de haber puesto fin a la dilatada guerra de Chile.

En la parcialidad de Malleco recibió carta de don Pedro Montoya gobernador de la ciudad i puerto de Valdivia (enero de 1671), avisándole que el 24 de diciembre de 1670 se puso a la vista un navío de guerra, que le parecía ser de construccion inglesa. El gobernador conceptuó que podia ser dependiente de alguna escuadra que pirateaba en el mar del sur, i resolvió poner a cubierto de sus invasiones los principales puertos de su gobernacion. Envió al de Valdivia un considerable repuesto de víveres con ciento cincuenta soldados, al cargo de Jorje Lorenzo de Olivar, para refuerzo de su guarnicion, i atravesando por el pais de guerra, llegó a aquel destino, i porque no se necesitó, volvió a la frontera por la misma ruta. Es mui antiguo aumentar la guarnicion de Valdivia en semejantes casos, atravesando el pais araucano, nada tiene de particular ni de peligroso habiendo cuidado en el oficial que conduce la tropa. Al de Coquimbo envió a don José Colarte, soldado de esperiencia, para que mandase las armas de aquel distrito. Despachó al conde Bornos con su compañía para que estuviese en la ciudad de la Concepcion a las órdenes del maestre de campo don Antonio Gonzalez Montero de Aguila, i destacó a don Simon de Sotomayor para que batiese la marina sobre las costas de Italia. La nave era una fragata de cuarenta cañones, que a las órdenes de Carlos Enrique Clerk, entró a piratear en el mar del sur. Se acercó Clerk al puerto, i bajó a tierra entre las puntas del Morrito i Morrogonzalo, en una caleta llamada desde entónces Aguada del Ingles, i tuvo la desgracia de ser prisionero. Fue conducido a Lima en 1671, i orientada la corte de este hecho, mandó la reina por su real cédula de 30 de diciembre del mismo año se le hiciese sufrir pena capital. No se ejecutó la sentencia hasta que por los años de 1681 fue virei del Perú don Melchor de Navarra Rocafull duque de la Paleta, que hizo ejecutar la real disposicion. La misma fragata arribó a puerto Tomen, desembarcó dieziocho hombres para hacer agua i leña, i hacer dilijencia, por alguna carne fresca, i Sotomayor les tomó prisioneros cuatro marineros, que tambien fueron conducidos a Lima.