Juan Enrique Lira: el primer título mundial chileno cumple 50 años

El 21 de noviembre de 1965, el nombre del tirador quedó en la historia del deporte nacional. Causó revuelo e, incluso, fue recibido por el Presidente Eduardo Frei Montalva.




El domingo 21 de noviembre de 1965 quedó grabado en la historia del deporte nacional. Aquella tarde, Juan Enrique Lira terminó con casi 100 años de frustraciones. Una tarde, en la que seis mil aficionados repletaron el Club de Tiro de Lo Curro para ser testigos privilegiados del primer título mundial alcanzado por un exponente chileno.

El campeonato fue todo un acontecimiento. Los numerosos seguidores estuvieron durante 10 días en el recinto de Las Condes, donde con papel y cuaderno en la mano sacaban los cálculos. El certamen fue exitoso para los locales: Jorge Jottar y el equipo chileno habían obtenido sendos vicecampeonatos en tiro skeet. Sin embargo, la guinda de la torta la puso Lira en la categoría de peana olímpica.

Pero quién era este entusiasta deportista de 38 años. A continuación un extracto de su presentanción en La Tercera, días después de su éxito: "Mi padre era socio del Club Lo Curro, pero él no fue quien me entusiasmó a dedicarme al tiro. Fue un amigo, Manuel Zúñiga, el que, en conversaciones y razones, me enganchó en esto del tiro. Fui golfista, y de cierta categoría. También practiqué tenis, con regular resultado. Luego, hockey sobre hielo y también me jugué varias temporadas de béisbol, especialmente cuando estaba en la Universidad de Kranwell, en donde logré el título de ingeniero químico". Allá también se alistaría en el ejército estadounidense, pero optaría por retirarse.

La definición por el título fue infartante. El chileno llegaba a la disputa con el oro juntos con los estadounidenses Peter Roussos y William Abbott. La jornada comenzó bien, pues les sacó ventaja a sus perseguidores. Sin embargo, hacia el final comenzó a ceder terreno.

En el tiro decisivo, el del platillo 23, un sobrecogedor silencio acompañó el movimiento final. De acuerdo con las crónicas de la época, un pájaro se anticipó con su canto en señal de triunfo. Semiencorvado apuntó hacia el objeto que salió en diagonal. Segundo más tarde éste se destrozó. Así aseguraba el título mundial, aunque cabía la posibilidad de empatar. Sin embargo, con más confianza acertó el siguiente platillo y se hizo inalcanzable, totalizando 292 impactos, mientras que sus perseguidores lograron sólo 290. Poco importó que no acertara el último.

Acto seguido, el numeroso público ingresó a la cancha 2 y le tributó su cariño a Lira, llevándolo en andas por el recinto del sector oriente de la capital.

"Me encuentro muy satisfecho por este sensacional triunfo y porque constituye mi mejor alegría. Lo dedico al Presidente de la República y al pueblo chileno en general. Este se hizo presente en un gran número en Lo Curro para brindarme un valioso aliento", agradeció el campeón.

Y el saludo a Eduardo Frei Montalva encontró inmediata respuesta en el mandatario. "Fue un revuelo tremendo. Yo tenía cinco años, cuando el Presidente Frei invitó a mi padre a La Moneda", comenta Ricardo Lira Matte, hijo del monarca. Eso no fue todo, porque la máxima autoridad del país le otorgó la medalla Bernardo O'Higgins por su logro.

De pronto, Lira se convirtió en una figura requerida por todos. Llamados, entrevistas e invitaciones a la televisión que, por esos días, ganaba muchos adeptos como nueva forma de comunicar y entrenerse. "Con mi mamá y todos mis hermanos nos invitaron al programa de Hernán Solís, en el Canal 9, que en ese entonces era de la Universidad de Chile. Hubo mucho revuelo", relata.

También llegaría tentadoras ofertas de trabajo. "Mi padre siempre fue aficionado a la fotografía y, cuando ganó el Campeonato Mundial, El Mercurio lo contrató para modernizar el área. Ahí estaría por más de 30 años y se convertiría en editor", recuerda Lira Matte.

Su afición a la fotografía y su experiencia en Estados Unidos le permitieron ganarse un prestigio. Además, importaba productos relacionados con esta actividad. Incluso montó una tienda del rubro.

En Estados Unidos se dedicó a la fotografía de cirugías. De hecho,  capturó imágenes de los primeros trasplantes de corazón que se realizaron en el mundo. En 1973 retrató el primero que se realizó en Chile, al mando del doctor Jorge Kaplán. También inmortalizó el momento en que Bjorn Borg rompe su raqueta luego de intentar responder un potente servicio de Patricio Cornejo, en las semifinales interzonales de la Copa Davis de 1975.

Su destacada trayectoria le valió recibir en 1987 el Premio Nacional de Periodismo, mención fotografía.

Curiosamente, las medallas y los trofeos no fueron conservados, salvo unos pocos. "Lo que pasa es que cada vez que había un campeonato en el colegio, le pedíamos las copas para regalárselas a los ganadores. En esa época no hacían copas como ahora", aclara su hijo.

Se mantuvo activo en la fotografía hasta 1997. También realizó clases. En sus últimos años, sufrió un accidente automovilístico, que le dejó algunas secuelas hasta el día de su muerte, el 12 de marzo de 2007, a los 79 años.

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