A salvo llegó expedición al Polo Sur

Con gran satisfacción, científicos y militares regresaron al continente, tras permanecer por más de dos meses en la Antártida.

 

Con la llegada a esta ciudad concluyó ayer la Primera Expedición Científica Conjunta al Polo Sur, que permaneció en la Antártida poco más de dos meses. Su más importante misión: estudiar el cambio climático y el calentamiento.

Gracias a una alianza entre el Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa, Chile se convirtió en el primer país de Latinoamérica que, con recursos propios, logró realizar una exploración de las características de la que acaba de concluir.

La expedición se inició el pasado 2 de noviembre desde Punta Arenas. Estuvo integrada por 41 personas, 13 de las cuales efectuaron la travesía al Polo Sur, mientras que las restantes, 20 eran funcionarios de la Fuerza Aérea, dos del Centro de Estudios Científicos de Valdivia y seis del Ejército, permanecieron como apoyo en la base de Patriot Hills, a unos tres mil kilómetros de Punta Arenas.

Mil 200 kilómetros recorrieron los expedicionarios hasta el polo, en un tractor Berco TL-6 de origen sueco, donde viajaron seis científicos del CECS; seis especialistas del Ejército, y un logístico en alimentación.

Hielos con memoria

El objetivo del proyecto era concretar una serie de estudios científicos relacionados con el cambio climático.

El glaciólogo Gino Casassa, director científico de la expedición y miembro del CECS, manifestó que desde el inicio de la travesía, desde Patriot Hills al Polo Sur, se trabajó con equipo de alta resolución del tipo radar que funcionó permanentemente midiendo el espesor de los hielos.

Casassa agregó que también se llevaron equipos GPS para la localización precisa de los datos del radar, como también de la superficie del hielo.

Recogieron muestras de nieve superficial cada 10 kilómetros. Hicieron mediciones de gravedad terrestre y de densidad de nieve cada 20 kilómetros, donde se iba dejando una baliza instalada para contrastar datos de ida y de regreso del polo.

Casassa expresó que todavía no hay resultados preliminares, ya que todo requerirá de un largo procesamiento e interpretación de los datos y las muestras recogidas. Precisó que parte de los antecedentes podrán ser analizados en los próximos meses. "En lo que respecta a las muestras de hielo obtenidas en el polo tendrán que ir a laboratorios especializados en Europa, Brasil, Argentina y Chile, lo que demorará más de un año", dijo.

El glaciólogo de CECS explicó que uno de los objetivos principales de la expedición es conocer el cambio climático en detalle de los últimos 200 años, es decir, desde la Revolución Industrial, momento en que el hombre comenzó a afectar y alterar la composición de la atmósfera.

Los hielos son un verdadero libro abierto frente al clima. Son uno de los mejores archivos climáticos y de muy alta resolución, en donde se preservan las características de la atmósfera actual y sobre todo del pasado.

En cuanto a la experiencia de trabajar con personal militar, Casassa manifestó que fue "magnífica", y que esto abre una interesante oportunidad de continuar este tipo de travesías.

El director científico señaló que la expedición tuvo un costo de 2 millones de dólares, lo que es relativamente barato, por los aportes del Ejército y la Fach considerando que si hubiera sido privada el costo hubiese sido cinco veces mayor. El director operativo de la expedición, comandante del Ejército Lorenzo Urrutia, señaló que la expedición tuvo más de un año de preparación, entre lo que se consideró la adquisición de material logístico especializado.

Dijo que la travesía al polo resultó exitosa. Aunque acompañados del terreno y el clima, no tuvieron mayores problemas. "El grupo militar y científico se compenetró en una muy buena convivencia", acotó.

Urrutia precisó que la travesía desde el campamento base al polo, ida y regreso, totalizó unos dos mil 500 kilómetros, avanzando de 100 a 120 kilómetros diarios.

Explicó que alcanzaron la meta en 18 días, permaneciendo ocho en el polo y que el retorno a Patriot Hills se llevó a cabo en 23 días. La carga trasladada al polo fue de 21 toneladas, entre combustible, alimentación y equipos científicos. Partieron 700 metros sobre el nivel del mar y llegaron a tres mil metros.

Sobre las vivencias durante la travesía, manifestó que al tener luz permanente, se pierde la referencia del tiempo y que, por lo tanto, se guiaban más por objetivos que por días de trabajo. Expresó que teniendo luz durante todo el día se pierde la costumbre de dormir a ciertas horas.

Además, el comandante del Ejército relató que en el polo hay una estación científica extranjera, donde tenían acceso a Internet entre las 02:00 y las 06:00 horas.

Contó también que tenían dos comidas diarias, una al levantarse con un almuerzo contundente y otra al término de la jornada con una cena más liviana. El vehículo tenía cocina, horno y refrigerador, lo que les permitió preparar sus alimentos tal cual se hace en la vida cotidiana.

Sobrevivencia

En cuanto al abastecimiento del agua, dijo que ello es siempre un problema en la Antártida, pues este recurso no existe en esa zona del planeta, es sólo hielo.

El comandante Urrutia dijo que esto fue solucionado gracias a un mecanismo que les permitía producir 150 litros de agua caliente por hora, la que incluso les alcanzaba para ducharse. En definitiva expresó que trataron de hacer lo más normal posible la estadía en el territorio antártico

Los expedicionarios permanecerán hasta mañana en Punta Arenas para luego trasladarse a sus ciudades de origen.

PARADIGMA

EL CAMBIO climático anuncia que la Tierra se calienta a un ritmo 50 veces más rápido, al menos desde hace un millón de años.

BITÁCORA

2 NOV.

El Presidente Ricardo Lagos despide a la expedición en el aeródromo Carlos Ibáñez del Campo en Punta Arenas. A la ceremonia asisten el ministro de Defensa, Jaime Ravinet y representantes de la Armada.

6 NOV.

Con el apoyo de dos aviones Hércules C-130, la expedición se dirige a Patriot Hills para dejar parte del equipamiento necesario de la travesía y el personal de apoyo que se mantuvo en la base como punto fijo.

11 NOV.

A bordo de la nave "Valdivia Belle", la tripulación viaja desde Punta Arenas a Patriot Hills, junto al todo terreno TL-6, tractor seleccionado para transportar a los expedicionarios a través del Polo Sur.

12 NOV.

Las condiciones climáticas son malas, con fuertes ventiscas. Se instala el generador y se pone a prueba el radar.

13 NOV.

A las 18:54 horas, la expedición parte rumbo al Polo Sur en el TL-6.

16 NOV.

La expedición avanza hasta el paralelo 82. Realizan las primeras mediciones científicas.

20 NOV.

Se realiza el primer contacto mediante teléfonos satelitales. La expedición cubre la mitad del trayecto. Celebraron con whisky sour y un partido de volleyball. Observan la topografía. La sensación es semejante a la de navegar una semana y avistar una isla, pero más dramática porque el mar es estático e invariable"; dijeron.

22 NOV.

Debido a las pronunciadas pendientes, los tripulantes desarmaron el convoy. Subieron la zona por partes. Se hallan a menos de 4 grados del polo. El radar detecta profundidades de hielo superiores a los 3 mil metros.

25 NOV.

Día de peligro. La tripulación logra sortear grandes dunas de nieve y grietas de 20 metros. Luego, un frente de mal tiempo dejó a los expedicionarios con visibilidad cero. Pernoctaron en el lugar.

27-28 NOV.

Lenta navegación por el Polo producto de la nieve blanda y desperfectos mecánicos. Celebran con velas, plato de fondo y postre el cruce del paralelo 89. Temperatura de menos 21 grados Celsius.

01 DIC.

La bandera chilena flamea en el Polo Sur, promesa de la expedición que ayer arribó en Punta Arenas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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