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INDICE

Autor de la Constitución de 1828, nació en Cádiz en 1783 y murió en Madrid en 1864. Inició su educación en su ciudad natal, y a los estudios elementales unió los de Francés e Inglés. Cursó estudios superiores en la Universidad de Granada, recibiéndose de abogado en 1805. Su personalidad siempre inquieta lo llevó, en su edad madura, a realizar un constante peregrinaje, pues vivió en España, Francia, Inglaterra, Río de la Plata, Chile, Perú y Bolivia. En 1808, al producirse la invasión napoleónica a España, se enlistó en el Ejército y en calidad de soldado estuvo presente en la Batalla de Bailén, una gran derrota infringida a las fuerzas francesas. Sin embargo, la suerte no lo acompañaría por mucho tiempo: al año siguiente fue capturado por los franceses, los que ?conocedores de su amplia cultura? le hicieron varias ofertas para que pasase a servir al Emperador, pero De Mora se negó a aceptar tales tratos. En consecuencia fue remitido a Francia, donde permaneció hasta ser liberado en 1814.

Viaje a América

En esta misma época conoció a Francisca Delauneaux, quien se convertiría en su mujer y compañera intelectual. Regresó a España, más específicamente a Cádiz, dedicándose en los años venideros a variados trabajos. En esa cosmopolita ciudad, cuna del liberalismo español y de la revolución liberal de 1821, De Mora adoptó tales ideas políticas y las defendió a través de la prensa. En 1823, una vez restablecido el régimen absolutista de Fernando VII ?gracias a la ayuda de la Santa Alianza y de las tropas francesas? De Mora emigró de España, iniciando una agitada vida que lo trajo hasta América. En 1827 fundó en Buenos Aires el periódico Crónica Política y Literaria de Buenos Aires, y un colegio para señoritas

La Constitución de 1828

Ese mismo año se trasladó a Chile, donde en 1828 se estableció un Congreso Constituyente. Ante él, una comisión compuesta por 5 diputados debía presentar un proyecto de carta fundamental. Los comisionados recurrieron especialmente a Melchor de Santiago Concha y a José Joaquín de Mora, conocido por sus ideas liberales. El proyecto consideró la elección indirecta del Presidente de la República, cuyo período sería de 5 años, sin reelección inmediata; asimismo, contempló la existencia de un Vicepresidente que lo reemplazaría en caso de muerte o imposibilidad física de continuar ejerciendo el mando. El Poder Ejecutivo podría nombrar a su voluntad a los ministros de Estado, contaría con derecho a veto suspensivo y no dispondría de facultades extraordinarias. El Legislativo, por su parte, sería bicameral. El Senado estaría integrado por dos representantes por cada provincia que se renovarían cada 4 años y la Cámara de Diputados sería elegida directamente por sufragio popular, a razón de un diputado por cada 15.000 habitantes. En su conjunto, el Congreso debía nombrar a los ministros de la corte de justicia, dictar los presupuestos, suprimir o crear empleos públicos y aprobar los nombramientos de altos jefes militares y diplomáticos. Casi sin modificaciones, el texto fue aprobado.

Su labor en la educación

Antes que todo, De Mora era un intelectual y por eso mismo no es de extrañar que haya participado en la fundación de El Mercurio Chileno, periódico creado por él en 1826 y que dio a luz varias contribuciones literarias y críticas. Asimismo, se interesó por la educación de la juventud chilena: en 1829, fundó el Liceo de Chile, establecimiento educacional que existió hasta 1831. El proyecto contó con el decidido apoyo del Presidente Francisco Antonio Pinto, quien dio todas las facilidades del caso, incluyendo el edificio donde funcionó. Allí se enseñaba, entre otras materias, Álgebra, Geometría, Trigonometría, Probabilidades, Cálculo Diferencial, Estática, Dinámica y Química, ciencias cuyo aprendizaje constituía toda una novedad en la época. La Revolución de 1829 implicó el término de las ayudas económicas estatales y el Liceo fue integrado al Instituto Nacional.

Expulsado de Chile

Conocidísimo por sus ideas liberales, José Joaquín de Mora atacó duramente al gobierno conservador y este decidió su expulsión del país en febrero de 1831. Vivió en Perú y luego en Bolivia, donde fue protegido por Andrés de Santa Cruz. Allí participó activamente en varias iniciativas educacionales, incluyendo la redacción de un estatuto para la Universidad Mayor de San Andrés (1835); también, publicó el periódico Eco del Protectorado. En 1838, Santa Cruz le encargó una misión diplomática consular en Londres, la que concluyó junto con la existencia de la Confederación en 1839. Tras permanecer algún tiempo en Londres, retornó a su patria en 1843, dedicando el resto de sus años a la producción literaria.


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