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Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo I

Capítulo XIII. Pedro Sanchez de la Hoz intenta levantar bandera - Destruccion de La Serena, Copiapó i Quillota - Ponen fuego los indios al astillero i sale Francisco de Villagra a castigarlos.

Tres días después de haberse dado a la vela Pedro de Valdivia, se suscitaron en Chile algunas revoluciones. Ya dijimos que Pedro Sánchez de la Hoz tuvo merced del Rei para conquistar en Chile hácia el sur de los límites señalados a Alonso de Camargo, i porque no tuvo arbitrio para habilitar la espedicion, la recomendó Pizarro a Pedro de Valdivia. Este caballero atendió a la insinuacion del marques, i le acomodó en muchas tierras i en un repartimiento o encomienda de mas de 25,000 indios. Pero resentido ahora que Pedro de Valdivia no atendiese a la pasada recomendacion dejándole en el gobierno, porque ya era finado el que la hizo, sin reflexionar que así fueron i serán siempre las vicisitudes del mundo, o tal vez persuadido de que la recomendacion recayó sobre un relevante mérito suyo, se contemplo  agraviado. I como la venganza es de tal naturaleza, que por conseguirla no repara el vengativo en la infamia i deshonra que no le sigue de serlo, trató de amotinar el ejército levantando bandera para, disputar a Villagra el gobierno, i aun a Valdivia la lejítima autoridad que tenia. Alejaba que no viniendo Camargo a la conquista de la tierra do que se le hizo merced, le correspondía a él aquella suerte, i también la que gozaba Valdivia, pues Pizarro a quien podía pertenecer, no le había dejado por heredero de ella. Llegó a noticias de Villagra esta conjuracion por una carta de Sánchez de la Hoz dirijida a unos hidalgos, i conducida por Juan Romero de quien era huésped No se descuido i aprovechando los momentos, como se debe hacer en semejantes lances, se echó sobre los dos, i recibida informacion del delito, mandó degollar a Sánchez de la Hoz i ahorcar a Romero, (diciembre 10 de 15 7). Hasta este estremo de desgracia saben los vengativos conducirse ellos mismos, seducidos de la, dulzura que hallan en su negra, cruel pasión. Perdonó Villagra a los que habían entrado por este partido, i con el suplicio de Sánchez de la Hoz, serenó la tempestad que por este parte amenazaba.

Los indios también se movieron (enero de 1549), con la ausencia de Pedro de Valdivia. Destruyeron el fortín i asiento de minas de Quillota, quemaron la fragata que se estaba construyendo, i asolaron la ciudad de la Serena i poblacion de Copiapó. rara lograr esta, suerte en Quillota, dispuso Michimalonco fuese un indio con una olla llena de granos de oro i la presentase al capitán Gonzalo de los Ríos aparentando que en cierto paraje de la provincia era excesiva la abundancia de este metal. La codicia que, en concibiendo cebo, es insaciable i ciega a los mortales, no les dió lugar a reflexiones. Marcharon todos desarmados al paraje, donde en lugar de oro hallaron una poderosa emboscada, i de este modo lograron los indios pasar a tollos los incautos por los filos de los cuchillos, ménos al capitán Gonzalo de los Ríos i a un negro llamado Juan Valiente, que se libertaron a carrera de caballo.

Los coquimbanos aprovecharon la división de los españoles que hizo Juan Bohon. Llegó del Perú el capitán Esteban de Sosa con cuarenta soldados, que envió Pedro de Valdivia- con orden de dejarlos en Copiapó, para que Bohon adelantase aquella poblacion. Recibió éste la orden, i marchó para. aquel valle. Convocaronse los de Coquimbo, Huasco i Copiapó, i unidos a un mismo fin, atacaron a Bohon en este Último establecimiento bajo las órdenes de Hualimi i Galdiquin. Lo vencieron, lo quitaron la vida sin perdonarla a ninguno de los españoles (41).

En el mismo dia supieron la desgracia los de la, ciudad de la Serena. Le pusieron fuego los coquimbanos e hicieron perecer a sus vecinos, sin que se librase tino que diera puntual noticia de aquella desolacion. Entre las llamas perecieron unos i otros al rigor del cuclillo, i dejaron aquel pueblo sin vestijio de haberlo sido (42).

Luego que en la ciudad de Santiago se tuvo noticia de estos desgraciados sucesos, salió el teniente de gobernador a castigarlos. Corrió Villagra con un destacamento por las provincias rebelabas naciendo atroces castigos con los indios, pero sin efecto alguno. Se refujiaron en los montes para evitar el estrago, i luego que vieron desembarazado el terreno, se presentaron en los valles i llanuras. No restableció los establecimientos arruinados, pasó como un raro, i hecha su expedicion sin consecuencia alguna, regresó a Santiago, dejándoles en el mismo estado que los halló.

Los coquimbanos no se descuidaron en avisar sus buenos sucesos a los del Mapocho i con estas noticias se pusieron éstos en movimiento mientras Villagra talaba las provincias rebeladas. Pero Francisco Aguirre, que por enyesa orden de Pedro de Valdivia, habla quedado en lugar de Villagra, para semejantes casos, aseguró a los caciques de Mapocho i Lampa , i les detuvo en rehenes. Destacó partidas avanzadas que batiesen todo el valle. Envío a Antonio Miñes, Juan Hermosa Bartolomé Camacho, soldados de caballería, i a Ortun Xeres, por auxilio de trece mineros que residían en las minas de Malga, Malga i les frustro en tiempo los pensamientos de volver a atacar la ciudad (43).