Historias de Chile

Batalla de Marihueno

Batalla de MarihuenoValiente, pero muy impetuoso, Francisco de Villagra decidió tomar la ofensiva. No pudo soportar el ver como los mapuches les arrebataban el ganado y destruían los sembrados en las cercanías de Concepción. Además, había hallado en los almacenes del ejército, seis cañones (en realidad una especies de culebrinas de poco calibre) que hacía poco le habían llegado a Valdivia del Perú y que fueron los primeros que se usaron en un combate en Chile.

Fabio Galdámez, en su “estudio de la historia militar de Chile”, describe de manera muy detallada la Batalla de Marihüeñu, o Marihueno; que significó la segunda gran derrota de las fuerzas españolas a manos de los mapuches al mando de Lautaro.

Dice: “Mes y medio después de la batalla de Tucapel, Lautaro supo que Villagra había concentrado sus tropas en Concepción y en el acto se puso en marcha a la cabeza de 8 mil hombres y por el mismo camino que siempre seguían los españoles en sus expediciones. El 22 de febrero de 1554, supo de la salida de las tropas enemigas y resolvió esperarlas. Para ello eligió las alturas de Marihueno. Mientras Villagra, que había salido de Concepción el 20 llegaba el día 23 a acampar en el valle formado por el estero de Chivilingo, a 2 o 3 kilómetros del enemigo”

“En los comienzos de la Cordillera de Nahuelbuta por el norte, se desprenden dos contrafuertes que van a terminar en el Océano Pacífico y que están separados por el estero de Chivilingo el cual forma un valle (Colcura) de pequeña extensión en su desembocadura”.

“El contrafuerte del sur, donde tuvo lugar la batalla, boscoso, de rápida pendiente hacia el norte y el oeste no se prestaba sino para los movimientos de infantería. La artillería carecía de campo despejado y sólo podía ser usada para la persecución, pues al sur del contrafuerte se extiende una gran llanura”.

“La línea de retirada para los españoles era el único sendero que los comunicaba con Concepción y corría el peligro de ser cortado con pocos hombres”.

“Las fuerzas españolas ascendían a 180 hombres. El mando en jefe de ellas lo tenía Villagra. Jefe de estado mayor o Maestre de campo era Alonso de Reinoso, quien mandaba también la artillería. La caballería se componía de 130 hombres. La artillería era 6 piezas de 6 cm, servidas por 30 hombres. Completaban las fuerzas 20 españoles de infantería y 500 indios yanaconas”.

“El mando de las fuerzas mapuches lo tenía Lautaro y había nombrado como su segundo a Caupolicán. Se componía de 8 mil hombres, sólo de infantería; a los que hay que agregar 500 indios que por orden de Lautaro, se desprendieron del grueso de las fuerzas con la misión de cortar el puente que Villagra había hecho construir en el río Biobío y secundar la persecución”.

“El 23 de febrero en la tarde, después de atravesar el primer contrafuerte de la cuesta de Marihueno, los españoles pernoctaban en el valle [de Colcura] y establecían un imperfecto servicio de seguridad. Pese a la corta distancia que los separaba del enemigo, Villagra carecía en absoluto de noticias. No había establecido ningún servicio de exploración no obstante habérselo aconsejado su Maestre de campo”.

“Al amanecer del día 24 (la fecha varía según cada cronista, entre el 9 y el 26 de febrero) Villagra ordenó continuar la marcha. En la planicie de la segunda cuesta, la vanguardia al mando de Reinoso y compuesta de las 6 piezas de artillería y de 50 jinetes, se vio repentinamente envuelta por las fuerzas de Lautaro que esperaba en posición”

“Reinoso emplazó inmediatamente su artillería haciendo fuego con algunas piezas, envió noticias al grueso de su encuentro con el enemigo y ordenó cargar a su caballería”.

Lautaro había adoptado las mismas disposiciones de combate en Tucapel es decir, líneas sucesivas. Reinoso consiguió rechazar la primera línea, pero inmediatamente entró una segunda”.

“Este nuevo refuerzo colocaba a los españoles en una situación bastante difícil; pero Villagra llegó pronto con el grueso, y la acción se presentaba dudosa para los mapuches cuando Lautaro ordenó un movimiento envolvente hacia la derecha”.

“La presencia de numerosa tropa indígena hacia la retaguardia, produjo pánico entre los españoles y desde ese momento, sólo pensaron en retirarse. En esta situación los mapuches llevaron a cabo un enérgico ataque a la artillería, obteniendo un éxito decisivo, pues se tomaron toda la artillería con muy pocos sacrificios”.

“Los españoles que se salvaron de la acción misma, al emprender la retirada se encontraron con un cuerpo de indios que les impedía el paso en la primera cuesta del primer contrafuerte. Sin poder tomar otro camino de retirada, la mayor parte de los fugitivos optaron por precipitarse al mar antes que caer en manos de los indios, y el resto continuó su retirada hasta Concepción.”

“Estos últimos, al llegar a la margen sur del río Biobío se encontraron con el puente de balsas, que habían dejado 3 días antes, destruido por las tropas que con tal fin había enviado Lautaro”.

“Los españoles perdieron en esta batalla 120 soldados, 6 piezas de artillería y 300 yanaconas. Las pérdidas de los mapuches pasaban los 2 mil hombres”.

Entre las críticas que hace Fabio Galdámez a Francisco de Villagra por su fracaso en este combate, destaca: “Falta absoluta del servicio de exploración (una vez más, igual que en Tucapel). Es verdaderamente inconcebible en un jefe como Villagra, con el más mínimo sacrificio y previsión, no haber enviado exploradores con los cuales habría sabido que Lautaro se encontraba preparándoles una emboscada y habría tomado medidas para no aceptar el combate en un lugar tan desventajoso”.

“El otro error fue cometido por Reinoso, quien al mando de la vanguardia, se empeñó en combatir. Una retirada habría sido más conveniente que el comprometer la acción con fuerzas tan poco numerosas. Por otra parte, un repliegue hacia el grueso de la tropa, le habría dado posibilidades para encontrar un terreno más adecuado para emplazar su artillería”.

“La artillería, usada por primera vez en Chile, estuvo pésimamente mal servida, aparte de su mal desplazamiento debido a que no tenía el personal instruido que un arma como esta requería”.

“En cuanto a los mapuches. Las medidas tomadas por Lautaro, lo colocan una vez más a la altura de primer jefe militar que tuvo Arauco.”

“Dentro de la idea tan lógica de que, a pesar de contar con fuerzas numéricamente superiores a su adversario, no podía vencerlo por la falta de armamento e instrucción de su propia tropa; decidió tomar la defensiva y esperó a Villagra en una posición en que anulaba esa misma superioridad del enemigo”

“Empleó la fortificación natural para impedir la retirada de los españoles, y si no fue enérgica la persecución, como Lautaro lo deseaba, se debió a la falta de caballería.”

“El movimiento envolvente que simuló, fue tan oportuno que sólo eso bastó para decidir la batalla”

En resumen, termina Galdámez, “la crítica no tiene sino elogios para Lautaro”.

Categoría: Conquista de Chile

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