El 23 de septiembre de 1970 -16 días después de que Salvador Allende ganara las elecciones-, Andrés Zaldívar, como ministro de Hacienda de Frei Montalva, entregó vía cadena de radio y TV un mensaje sobre la situación de la economía.

"Con posterioridad a esta fecha el proceso económico se ha visto alterado poniendo en serio peligro los resultados esperados y anulando los efectos positivos de las políticas económicas que el gobierno ha venido aplicando durante los últimos años", señaló en su discurso.

Hoy, 33 años después, el senador DC y presidente de la Comisión de Hacienda compara el llamado -por el que fue acusado de incitar una campaña del terror para evitar que la Unidad Popular llegara al poder- con el que realizó la semana pasada el ministro de Hacienda Felipe Larraín, y en el que culpó de la desaceleración de la economía a las propuestas de los candidatos de la Concertación y el PC.

-¿Se quebraron las relaciones con el gobierno después de las declaraciones que hizo el ministro Larraín?

-No están quebradas, pero están muy tensas porque el Gobierno se ha metido en el medio de la discusión presidencial haciéndose parte de la campaña de sus candidatos. Cuando el propio Presidente hace declaraciones y el ministro de Hacienda se convierte en un artífice, en un activista de la campaña presidencial, las cosas se ponen más tensas.

Aquí se está tratando derechamente de dañar a quien pudiera ser la candidata a la presidencia.

-¿Cuál es su opinión de las declaraciones del ministro?

-Diría, sin querer herirlo, que son irresponsables. Muchos economistas, incluso cercanos al gobierno, han dicho que no es conveniente hacer este tipo de declaraciones, que provocan más pánico y que casi son una campaña del terror. No es propio de un ministro de Hacienda provocar ese tipo de insinuación porque lo que a él le corresponde es darle tranquilidad al mercado y a los actores que participan de la economía, y porque no tiene fundamento.

A comienzos de año, él dijo que la economía se desaceleraría en el segundo trimestre por la crisis internacional, por la menor actividad en los países emergentes, por la baja en el precio del cobre y, además, por el retraso de algunos proyectos mineros. Todos son elementos que pueden producir desaceleración de la economía, pero no puede decir que es por las propuestas de la oposición. Es decir, que en democracia no se puede discutir ninguna cosa.

-¿Usted cambió de opinión con los años? Porque cuando fue ministro de Hacienda hizo el mismo llamado ante la inminente llegada de la UP al gobierno.

-Pero fue en un escenario totalmente distinto. Lo que pasó en ese tiempo es que ya se había producido la campaña presidencial y efectivamente los hechos provocaron una crisis creciente de las finanzas públicas y de la economía en Chile, que llevó a una alteración de mucha magnitud.

Esto se estaba manejando en acuerdo con los representantes tanto de la campaña de Salvador Allende como de Jorge Alessandri. El compromiso que tomó Pedro Vuskovic (coordinador de la UP) conmigo fue que el único vocero que iba a haber en el tema económico era el ministro de Hacienda.

-En ese minuto lo acusaron de sembrar una campaña del terror.

-Claro... La crisis nuestra se derivó el día siguiente de la elección presidencial. El 5 de septiembre (de 1970) empezó la corrida bancaria, se cayó el mercado accionario, comenzó el mercado negro de la divisa, etc., y yo no había hecho ninguna declaración. Cuando tomé las medidas para evitar la crisis fue cuando Pedro Vuskovic dijo que toda la crisis que se estaba produciendo era responsabilidad del Presidente Frei y del ministro de Hacienda.

Entonces, lo que yo hice, por instrucción del gobierno, fue exponerle al país cuál era la realidad de la crisis, sus causas y que éstas no tenían que ver con el gobierno. Después de ese discurso, si se revisan las cifras, se produjo una cierta tranquilidad en la economía.

Además, hay que ser realista, hubo gente que trató de profundizar esta crisis en la derecha y en la CIA.... Tanto fue así que los elementos golpistas entraron en otra estrategia que fue el secuestro del comandante en jefe del Ejército porque vieron que el tema del manejo de las finanzas no les daba para provocar el pánico.

-¿Las cosas han cambiado respecto de la confianza al PC?

-El Partido Comunista no es el partido de los '70 con Guerra Fría y que propiciaba la dictadura del proletariado, que pedía la colectivización de la economía. Hoy, a lo más, está pidiendo una AFP estatal.

-¿Pueden gobernar con ellos?

-Que tenemos diferencias con el Partido Comunista, las tenemos. Si vamos a ser gobierno, tenemos que tener un programa consensuado. Hay que darle gobernabilidad a ese gobierno y no puede haber unos con una pata en el gobierno y la otra en la Alameda. Sin ese compromiso no puede haber un acuerdo para hacer un gobierno juntos.

"No sólo abriría las AFP a los bancos..."

-¿Qué le parecen las ideas de avanzar en asamblea constituyente, AFP estatal y reforma tributaria?

-No soy contrario a que haya asamblea constituyente, pero debe hacerse dentro del propio Congreso.

La AFP estatal la planteamos en el gobierno de la Presidenta Bachelet a través de BancoEstado. Y no sólo abriría las AFP a los bancos, también a otros actores como las compañías de seguros.

Y la reforma tributaria debe aumentar el impuesto a la primera categoría, corregir el FUT, terminar con algunas exenciones, mejorar el royalty, etc.